Esta semana, el sindicato de Camioneros bloqueó sedes de distribución de los productos de la empresa MercadoLibre.

MercadoLibre es, hoy en día, la compañía de mayor valor bursátil en la Argentina. Se trata de uno de los pocos ganadores en medio de una crisis de alcance inimaginable. Su capitalización supera los US$50.000 millones, y ese progreso es la que la habilitó a negociar una paritaria inédita, con un aumento porcentual aún a definirse -que sería de 10% por semestre- más un bono en dólares que se pagará el 3 del mes próximo al tipo de cambio oficial, según precisaron fuentes de la empresas y del gremio de Carga y Descarga.

En el centro de logística del Mercado Central, donde hace un año comenzaban 80 trabajadores, se desempeñan hoy unos 1300. Pero no solo eso: los empleados cobrarían un salario básico de $75.000, unos $20.000 más que el de los camioneros, y acaban de anudar un bono de 500 dólares como gratificación extraordinaria por la pandemia del coronavirus.

Tras el bloqueo de los camioneros a diferentes centros de distribución de MercadoLibre, el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, convocó el viernes al gremio y a la empresa para explorar una salida. Moyano envió a su hijo, “Huguito”, que es abogado y fue quien promovió hace un año la impugnación judicial del trato con Carga y Descarga.

Los Moyano creen que debería aplicarse su convenio, el 40/89, por tratarse de un centro de logística. Por eso presionan a Moroni para que revise lo aprobado por Sica, el Ministro de Producción durante el gobierno de Mauricio Macri, y se les permita poner un pie en la empresa. El mismo planteo que hizo Moyano lo hizo el mercantil Armando Cavalieri, aunque sin reclamos extorsivos.

Los Moyano distinguen una reforma laboral encubierta detrás del convenio 1591/2019 que sellaron por entonces Marcos Galperin, fundador de la compañía de comercio electrónico, y Daniel Vila, jefe de Carga y Descarga. La letra chica de aquel acuerdo establece modificaciones en lo relativo a la jornada laboral, dispone la creación de un banco de horas (192 mensuales), la polifuncionalidad de tareas, la eliminación de los delegados por turno, la limitación para ejercer el derecho a huelga y la garantía de guardias mínimas para garantizar el funcionamiento de la planta. El novedoso trato se aplica de manera exclusiva en centro logístico de Villa Madero, que creció exponencialmente en menos de un año.

Este acuerdo fue el que Moyano impugnó en la Justicia. “Hubo un pacto fraudulento y espurio entre el Ministerio de la Producción y Trabajo, una empresa fantasmática y un sindicato sin representación”, planteó el líder camionero en la denuncia.

La acusación principal apuntó contra Sica por haber avalado el apretón de manos entre Galperin y Vila. El expediente cayó en el juzgado federal N°3, a cargo de Daniel Rafecas, el candidato del oficialismo para asumir como jefe de los fiscales. Rafecas citó en dos ocasiones a Moyano para ratificar la denuncia, pero el sindicalista nunca apareció. En febrero, la causa se archivó, pero en Camioneros creen que ahora es viable reabrirla.

Repudiamos enfáticamente el accionar del gremio”, dijo hace dos días a La Nación Juan Martín de la Serna, el presidente de MercadoLibre en Argentina, después de los bloqueos. Pablo Moyano, el “número dos” de los camioneros, le respondió: “¿A quién se comió Mercado Libre? Será mañana o será cuando sea, pero los trabajadores de logística van a pertenecer a nuestra agrupación gremial”.

Un tercer protagonista de la historia es Vila, el jefe de Carga y Descarga, el otro gremio en cuestión. “El básico nuestro está entre 75 y 78 mil pesos, unos 20.000 pesos arriba que el de camioneros. Es mentira que cobramos menos. Los camioneros son los que trasladan la mercadería, nosotros somos los que la cargamos. Estas actitudes le hacen mal al movimiento obrero”, aseguró Vila en radio Zónica.

Vila es un gremialista de perfil bajo que en la CGT se sienta en un sillón clave: es miembro del Comité Arbitral, el tribunal que interviene en las disputas entre sindicatos por temas de encuadramiento. Su renovada disputa con los Moyano cosechó algunas adhesiones. Por ejemplo, la Federación Sindical de Petróleo, Gas y Biocombustibles condenó “el accionar prepotente” de los Moyano tras un bloqueo similar al de MercadoLibre, pero en una planta de gas de Cañuelas.

El futuro de OCA

El anhelo de los Moyano de poner un pie en MercadoLibre escondería, además, otra intencionalidad. El 2 de octubre se definiría en subasta judicial sobre quién se quedaría con OCA, la empresa postal privada más grande del país, donde trabajan 6076 personas, de las cuales 5800 están afiliadas a Camioneros.

La compañía está quebrada y  es coadministrada desde hace un año por el Estado y el sindicato. Gonzalo Campici, un empresario del seguro cuyo grupo es sponsor de Independiente, presidido por Moyano, fue el único interesado en comprar la firma postal. Campici sueña con hacer de OCA el gigante de la logística, que preste servicios para MercadoLibre, Amazon y Alibaba. A Moyano lo sedujo tanto esa idea que abrió hace algunas semanas el juego con el empresario kirchnerista Cristóbal López para acelerar una resolución. El Juzgado Civil y Comercial N°10 de Lomas de Zamora y la AFIP definirán el pleito antes de fin de año.

En febrero, antes de irse a vivir a Montevideo, Galperin indagó en el Gobierno si es que había alguna animosidad contra MercadoLibre. Lo había planteado en esos términos incluso antes de que Alberto Fernández asumiera como presidente, en aquel encuentro furtivo en el búnker de campaña de San Telmo, después del triunfo del candidato kirchnerista en las PASO.