“Aunque parezca una eternidad, es muy poco tiempo para grandes desarrollos en investigación, al menos desde el punto de vista técnico”, dicen a BBC Mundo Gorka Larrinaga y Begoña Sanz, profesores en la Facultad de Medicina y EnfermerÃa de la Universidad del PaÃs Vasco, España.
Una de estas áreas de colaboración cientÃfica internacional es también una de las que registra “grandes progresos”, según Pita.
“Lo ideal para la subsistencia del propio coronavirus serÃa transformarse en un virus que casi no nos enferme” (y por qué es muy probable que suceda)
“De forma somera y para que se entienda, dirÃa que en el terreno de la bioinformática ha habido grandes novedades por cómo se están analizando y estudiando las secuencias del material genético de cada virus que infecta a una persona y que permiten ver cómo evoluciona el virus con el paso de las generaciones”.
Desde que China reportó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la existencia del nuevo coronavirus a finales de diciembre de 2019 hasta los primeros dÃas de septiembre, investigadores de todo el mundo han registrado 12.000 mutaciones en su genoma, de acuerdo a la revista cientÃfica Nature. Y el número crece cada dÃa.
Uno de los grandes desafÃos de la covid-19 ha sido (y aún es) detectar a las personas infectadas para poder aislarlas y asà contener mejor el contagio de la enfermedad.
En este aspecto, Pita destaca “el desarrollo de técnicas para el diagnóstico muy potentes utilizando herramientas de edición genética, que es un elemento muy trascendente de la genética hoy en dÃa”.
El investigador da dos ejemplos que ya han demostrado ser eficaces y pronto estarán disponibles para efectuar diagnósticos “ultrarrápidos”.
Por un lado, menciona técnicas de diagnóstico que, si bien son “algo menos sensibles” que la llamada prueba PCR o hisopado, tiene la ventaja de ofrecer resultados inmediatos.
El hecho de que este coronavirus y la enfermedad que provoca sean nuevos hace que aún existan muchos vacÃos de conocimiento a sus alrededores. Pero hay algo que los especialistas tienen claro: la única forma de lograr la inmunidad colectiva es con una vacuna.
“Desde luego, el primer gran avance será la obtención de una vacuna eficaz y segura que pueda administrarse a la población de forma masiva”, afirman Sanz y Larrinaga.
A lo que agregan: “Si, tal como se dijo desde la OMS, esto ocurriera durante el año 2022, aunque pueda parecernos lejano, serÃa un enorme éxito puesto en el contexto del tiempo que se ha tardado en obtener otras vacunas y poder llevarlas a gran parte de la población mundial”.
Además de ir a contrarreloj para crear una vacuna, hay investigadores trabajando en el desarrollo de tratamientos para los pacientes con covid-19.
Por ejemplo, Sanz y Larrinaga publicaron un artÃculo en el sitio de divulgación The Conversation donde mencionan “otro tipo de tratamiento que podrÃa ser útil en pacientes covid para evitar llegar a la etapa más crÃtica de la enfermedad”, dicen a BBC Mundo.
¿Podremos curar la covid-19 engañando al virus?
“Se trata de administrar a los pacientes la proteÃna a la que se une el virus para poder penetrar en la célula. La proteÃna administrada va disuelta en el plasma y, si el virus se une a esta en vez de a la que se encuentra en las células, entonces no invade más tejidos y prevenimos la gravedad de la enfermedad”, explican.
En otras palabras, la estrategia consiste en “engañar” al coronavirus.
Según Sanz y Larrinaga, “este método, que se encuentra en fase 2 de experimentación, podrÃa abrir un nuevo campo en el tratamiento de otras enfermedades vÃricas, no solo la covid-19”.
Para Mercedes Jiménez Sarmiento, bioquÃmica del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas de España, “un cambio profundo a raÃz de la pandemia es que la sociedad ha comprendido que la solución pasa por la ciencia”, dice a BBC Mundo.
La ciudadanÃa, explica, “ha querido saber de salud y de ciencia, y lo ha hecho directamente de los expertos. Estos, a su vez, se han esforzado en querer comunicar mejor la ciencia debido a la demanda de información de calidad por parte de los periodistas y de la sociedad”.
Por qué vamos a necesitar más de una vacuna para luchar contra el coronavirus
Jiménez Sarmiento destaca que “comunicar ciencia no es fácil”: “Son contenidos complejos con lenguaje especÃfico, y además avanza despacio y sobre evidencias a menudo no obvias, que se van modificando cuando aparecen demostraciones nuevas. Y eso es difÃcil de aceptar”.
Por eso cree que “ha sido un gran avance mutuo de la ciencia y de la sociedad, porque ahora están más cerca que nunca y deben apoyarse”.