
Pero lo que todos parecen extrañar, independientemente de sus intereses personales, es un dar y recibir buen abrazo.
Informe:
“Hay gente que necesita abrazos”
Daniel Bonn, profesor de Física de la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos), reconoce que para mucha gente, incluso para él mismo, los beneficios para la salud del contacto afectivo físico superan los riesgos, que pueden minimizarse con una serie de pasos.
“Tienes que ser muy cuidadoso una vez que entras en el espacio de la otra persona”, dice, en referencia al momento en que cruzamos el umbral de la distancia social.
“Ponte de modo que la boca de la otra persona no esté frente a tu cara, usa un tapabocas de buena calidad, contén la respiración, no tosas, no hables, ni hagas ninguna otra actividad que produzca microgotas”, aclara.
“Y, sobre todo, que sea breve, porque no sabes cuán bien te protege la mascarilla que estás usando”, agrega.
“Evita el contacto entre las manos, y una vez que termines, lávatelas”, dice con insistencia, y sugiere incluso que la cara, puede lavarse también.
Aunque requiere numerosos preparativos y debe coreografiarse cuidadosamente al punto de que deja de ser un gesto de cariño espontáneo, Bonn no duda valga la pena.
“Hay gente que necesita abrazos. Yo necesito los abrazos de mis hijos. ellos ven a otra gente y por tanto pueden contagiarse, aún así necesito abrazarlos”, le explica a BBC Mundo.
“Solo tienes que hacerlo con cuidado y es mejor al aire libre que en un espacio cerrado. Pero no repartas abrazos. Guárdalos solo para quien te resulte muy importante”.
Informe : BBC News Mundo