El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una afección crónica que afecta a millones de niños y a menudo continúa en la edad adulta.
El TDAH incluye una combinación de problemas persistentes, tales como dificultad para mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo.
Los niños con TDAH también pueden tener dificultades con la baja autoestima, las relaciones problemáticas y el bajo rendimiento escolar. Los síntomas a veces disminuyen con la edad. Sin embargo, algunas personas nunca superan por completo sus síntomas de TDAH. Pero pueden aprender estrategias para tener éxito.
Aunque el tratamiento no cura el TDAH, puede ayudar mucho con los síntomas. El tratamiento comúnmente involucra medicamentos e intervenciones conductuales. El diagnóstico y tratamiento tempranos pueden hacer una gran diferencia en el resultado.
Síntomas
Causas
Aunque la causa exacta del TDAH no está clara, las investigaciones continúan. Los factores que pueden estar involucrados en el desarrollo del TDAH incluyen la genética, el medio ambiente o problemas con el sistema nervioso central en momentos clave del desarrollo.
Factores de riesgo
Entre los factores de riesgo del trastorno por déficit de atención/hiperactividad se pueden incluir:
Familiares consanguíneos, como padres o hermanos, con trastorno por déficit de atención/hiperactividad u otro trastorno de salud mental – Exposición a toxinas ambientales, como el plomo, que se encuentra principalmente en la pintura y las tuberías de edificios antiguos – Consumo de drogas, consumo de alcohol o tabaquismo por parte de la madre durante el embarazo
Nacimiento prematuro
Aunque popularmente se sospecha que el consumo de azúcar causa hiperactividad, no hay pruebas confiables que lo confirmen. Muchos problemas en la niñez pueden llevar a que se presente dificultad para mantener la atención, pero eso no es lo mismo que padecer de trastorno por déficit de atención/hiperactividad.
Complicaciones
Prevención
Para ayudar a reducir el riesgo de que tu hijo padezca TDAH:
Durante el embarazo, evita cualquier cosa que pueda dañar el desarrollo fetal. Por ejemplo, no bebas alcohol, no uses drogas recreativas ni fumes cigarrillos.
Protege a tu hijo de la exposición a contaminantes y toxinas, incluido el humo del cigarrillo y la pintura con plomo.
Limita el tiempo frente a las pantallas. Aunque todavía no se ha comprobado, puede ser prudente que los niños eviten la exposición excesiva a la televisión y a los videojuegos en los primeros cinco años de vida.
Diagnóstico
Tratamiento
Los tratamientos estándar para el TDAH en los niños incluyen medicamentos, terapia conductual, asesoramiento y servicios educativos. Estos tratamientos pueden aliviar muchos de los síntomas del TDAH, pero no lo curan. Puede llevar un tiempo determinar qué funciona mejor para tu hijo.
Para mantener seguros los medicamentos de tu hijo y asegurarte de que esté recibiendo la dosis correcta en el momento adecuado, debes hacer lo siguiente:
Administra los medicamentos con cuidado – En casa, mantén los medicamentos bajo llave en un recipiente a prueba de niños – No envíes a tu hijo a la escuela con suministros de medicamentos
Terapia del comportamiento para el TDAH
Algunos ejemplos de terapias incluyen:
Psicoterapia conductista – Capacitación en habilidades sociales – Capacitación en habilidades parentales – Psicoterapia – Terapia familiar
Los mejores resultados ocurren cuando se utiliza un enfoque de trabajo en equipo, con maestros, padres, terapeutas y médicos trabajando juntos. Infórmate sobre el trastorno por déficit de atención/hiperactividad y los servicios disponibles. Trabaja junto con los maestros de tu hijo y recomiéndales fuentes de información confiables para apoyar sus esfuerzos en el salón de clases.
Estilo de vida
Debido a que el TDAH es un trastorno complejo y cada persona con TDAH es única, es difícil hacer recomendaciones que funcionen para cada niño. Pero algunas de las siguientes sugerencias pueden ayudar a crear un entorno en el que tu hijo pueda tener éxito.
Estrategias de afrontamiento
Muchos padres notan patrones en el comportamiento de sus hijos, así como en sus propias respuestas a ese comportamiento. Es posible que tú y tu hijo necesiten cambiar el comportamiento. Pero cambiar viejos hábitos requiere mucho trabajo.
Sé realista en las expectativas de mejora, tanto las tuyas como las de tu hijo. Y ten en cuenta la etapa de desarrollo de tu hijo. Define metas pequeñas tanto para ti como para tu hijo y no trates de hacer muchos cambios a la vez.
Mantén la calma y da un buen ejemplo – Tómate tiempo para disfrutar de tu hijo – Esfuérzate por tener relaciones familiares saludables – Date un respiro
Consultar al médico
Probablemente lo primero que hagas es llevar a tu hijo a un médico de cabecera o pediatra. Según los resultados de la evaluación inicial, es posible que tu médico te derive a un especialista, tal como un pediatra especializado en desarrollo y comportamiento, un psicólogo, psiquiatra o neurólogo pediatra.