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Enfermedad de Alzheimer

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La enfermedad de Alzheimer es un trastorno progresivo que hace que las células del cerebro se consuman (degeneren) y mueran. La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia, una disminución continua de las habilidades de pensamiento, comportamiento y sociales que altera la capacidad de una persona para funcionar de manera independiente.

Los primeros signos de la enfermedad pueden aparecer cuando se olvidan eventos recientes o conversaciones. A medida que la enfermedad avanza, una persona con la enfermedad de Alzheimer desarrollará un deterioro grave de la memoria y perderá la capacidad de realizar tareas cotidianas.
Síntomas

La pérdida de la memoria es el síntoma clave de la enfermedad de Alzheimer. Uno de los signos precoces de la enfermedad suele ser la dificultad para recordar eventos o conversaciones recientes. A medida que la enfermedad avanza, las alteraciones de la memoria empeoran y se manifiestan otros síntomas.
Al principio, es posible que el paciente con Alzheimer esté consciente de la dificultad para recordar las cosas y organizar los pensamientos. Es más probable que un familiar o un amigo noten el empeoramiento de los síntomas.
Los cambios cerebrales que se relacionan con la enfermedad de Alzheimer provocan dificultades en aumento con lo siguiente:
Memoria – El pensamiento y el razonamiento – Hacer valoraciones y tomar decisiones – Planificar y realizar actividades familiares – Cambios en la personalidad y en la conducta – Habilidades preservadas

Causas

Los científicos creen que, en la mayoría de las personas, la enfermedad de Alzheimer se origina a partir de una combinación de factores genéticos, ambientales y del estilo de vida que afectan el cerebro a lo largo del tiempo.
Menos del 1 por ciento de las veces, la enfermedad de Alzheimer es producto de cambios genéticos específicos que virtualmente garantizan que la persona desarrollará la enfermedad. Estos casos poco frecuentes suelen dar lugar a la aparición de la enfermedad en la mediana edad.
Las causas exactas de la enfermedad de Alzheimer no se entienden por completo, pero en su esencia son problemas con las proteínas cerebrales que no funcionan normalmente, interrumpen el trabajo de las células cerebrales (neuronas) y desencadenan una serie de eventos tóxicos. Las neuronas están dañadas, pierden conexiones entre sí y, con el tiempo, mueren.
El daño comienza con mayor frecuencia en la región del cerebro que controla la memoria, pero el proceso comienza años antes de que aparezcan los primeros síntomas. La pérdida de neuronas se disemina en un patrón algo predecible a otras regiones del cerebro. En la última etapa de la enfermedad, el cerebro se ha reducido significativamente.
Factores de riesgo
Edad – Antecedentes familiares y genética – Síndrome de Down – Sexo – Deterioro cognitivo leve – Traumatismo craneal en el pasado – Patrones de sueño deficientes

Estilo de vida y salud del corazón
Las investigaciones demostraron que los mismos factores de riesgo asociados con la enfermedad cardíaca también pueden aumentar el riesgo de la enfermedad de Alzheimer. Algunos de ellos son los siguientes:
Falta de ejercicio – Obesidad – Fumar o ser fumador pasivo – Presión arterial alta – Colesterol alto – Diabetes tipo 2 mal controlada
Todos estos factores pueden modificarse. Por lo tanto, cambiar los hábitos de vida puede, hasta cierto punto, modificar tu riesgo. Por ejemplo, hacer ejercicio regularmente y tener una dieta saludable, baja en grasas y rica en frutas y verduras se asocian con un menor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Complicaciones

La pérdida de la memoria y del lenguaje, el deterioro del juicio y otros cambios cognitivos causados por la enfermedad de Alzheimer pueden complicar el tratamiento de otras enfermedades. Una persona con la enfermedad de Alzheimer, posiblemente, no pueda hacer lo siguiente:
Expresar que siente dolor, como el producido por un problema dental – Informar síntomas de otra enfermedad – Seguir un plan de tratamiento indicado – Darse cuenta de efectos secundarios de los medicamentos o describirlos
A medida que la enfermedad de Alzheimer avanza hacia las últimas etapas, los cambios en el cerebro comienzan a afectar las funciones físicas, como tragar, mantener el equilibrio y el control del intestino y de la vejiga. Estos efectos pueden aumentar la vulnerabilidad frente a otros problemas de salud, como los siguientes:
Inhalación de alimentos o líquidos hacia los pulmones (aspiración) – Neumonía y otras infecciones – Caídas – Fracturas – Úlceras de decúbito – Desnutrición y deshidratación

Prevención
La enfermedad de Alzheimer no es un trastorno que se pueda prevenir. Sin embargo, pueden modificarse varios factores de riesgo en el estilo de vida para el Alzheimer. La evidencia indica que los cambios en la dieta, el ejercicio y los hábitos para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular también pueden disminuir el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos que causan demencia. Las opciones de estilo de vida saludables para el corazón que pueden reducir el riesgo de Alzheimer incluyen las siguientes:
Realizar ejercicios físicos periódicamente – Consumir una dieta rica en productos frescos, aceites saludables y alimentos bajos en grasa saturada – Seguir guías de tratamiento para controlar la presión arterial alta, la diabetes y el colesterol alto – Si fumas, pídele a tu médico que te ayude a dejar de fumar
Diagnóstico

Un parte fundamental de la evaluación diagnóstica son los síntomas que manifiesta la propia persona, así como la información que un familiar cercano o un amigo puede brindar sobre los síntomas y los efectos que estos tienen sobre su vida cotidiana. Además, el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer se basa en las pruebas que realiza el médico vinculadas a la evaluación de la memoria y las capacidades cognitivas.
Las pruebas de laboratorio y de diagnóstico por imágenes pueden descartar otras causas posibles o contribuir a que el médico describa mejor las características de la enfermedad que causa los síntomas de demencia.
El conjunto completo de herramientas de diagnóstico se encuentra diseñado para detectar la demencia y determinar con gran precisión si la causa se debe a la enfermedad de Alzheimer o a otra enfermedad. La enfermedad de Alzheimer se puede diagnosticar con total certeza luego de la muerte, momento en que el examen con microscopio del cerebro revela las placas y los ovillos característicos.

Pruebas
Un examen físico de diagnóstico suele incluir los siguientes análisis:
Exploración física y neurológica – Análisis de laboratorio – Análisis neuropsicológicos y del estado mental – Diagnóstico por imágenes del cerebro
Tratamiento
Medicamentos
Los medicamentos actuales para la enfermedad de Alzheimer pueden ayudar por un tiempo con los síntomas de la memoria y otros cambios cognitivos. Actualmente, se utilizan dos tipos de medicamentos para tratar los síntomas cognitivos:
Inhibidores de la colinesterasa – Memantina (Namenda)
Creación de un entorno de seguridad y contención
Adaptar la situación de vida a las necesidades de una persona con enfermedad de Alzheimer es una parte importante de cualquier plan de tratamiento. Para alguien que padece Alzheimer, establecer y fortalecer los hábitos de rutina y minimizar las tareas que demandan memoria puede hacer la vida mucho más fácil.
Estilo de vida y remedios caseros

Las opciones de estilo de vida saludables promueven una buena salud general y pueden desempeñar un papel en el mantenimiento de la salud cognitiva.
Ejercicio – Nutrición – Participar en eventos sociales y otras actividades – Estrategias de afrontamiento y apoyo – Atención para la persona responsable del cuidado

Consultar con un médico
Algunos trastornos, incluidos los trastornos tratables, pueden causar la pérdida de la memoria u otros síntomas de demencia. Si estás preocupado por tu memoria u otras habilidades de razonamiento, habla con el médico para que te realice una evaluación integral y un diagnóstico.
Si estás preocupado por las habilidades de razonamiento que observas en un familiar o amigo, habla acerca de tus preocupaciones y pídele que vayan juntos a una consulta con el médico.
Tu médico puede derivarte a un neurólogo, un psiquiatra, un neuropsicólogo u otro especialista para una evaluación más profunda.

Eduardo Vera

Columnista, escritor, autor. Formo parte de la redacción de News Digitales desde sus inicios

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Eduardo Vera