El plexo braquial es la red de nervios que envía señales desde la médula espinal hasta el hombro, el brazo y la mano.
Las lesiones del plexo braquial se producen cuando estos nervios se estiran, se comprimen o, en los casos más graves, se desgarran o se desprenden de la médula espinal.
Las lesiones leves del plexo braquial, conocidas como puntadas o ardores, son frecuentes en los deportes de contacto, como el fútbol americano. En ocasiones, los bebés sufren lesiones del plexo braquial durante el nacimiento. Otros trastornos, como la inflamación o los tumores, pueden afectar el plexo braquial.
Las lesiones del plexo braquial más graves por lo general se producen por accidentes automovilísticos o de motocicleta. Las lesiones del plexo branquial graves pueden hacer que el brazo se paralice y pierda la función y la sensibilidad. Los procedimientos quirúrgicos como injertos de nervios, transferencias de nervios o transferencias de músculos pueden ayudar a restaurar la función.
Síntomas
Causas
El daño de los nervios superiores que forman el plexo braquial suele ocurrir cuando se fuerza el hombro hacia abajo mientras el cuello se estira hacia arriba y lejos del hombro lesionado. Es más probable que los nervios inferiores se lesionen cuando se fuerza el brazo hacia arriba de la cabeza.
Estas lesiones pueden suceder de distintas maneras, incluidas las siguientes:
Deportes de contacto – Partos difíciles – Traumatismo – Tumores y tratamientos oncológicos
Factores de riesgo
Prevención
Aunque no siempre se puede evitar el daño del plexo braquial, puedes adoptar algunas de las siguientes medidas para reducir el riesgo de que se produzcan complicaciones una vez que ocurrió la lesión:
Para ti. Si pierdes temporalmente el uso de la mano o el brazo, puedes evitar la rigidez de las articulaciones mediante la realización diaria de ejercicios de rango de movimiento y fisioterapia. Evita quemarte o cortarte ya que es probable que no sientas dolor si tienes adormecimiento. Si eres atleta y tuviste lesiones en el área del plexo braquial, es posible que el médico te indique el uso de equipo acolchado para proteger el área cuando hagas deportes.
Para tu hijo. Si tu hijo tiene parálisis del plexo braquial, es importante que ejercite las articulaciones y las músculos funcionales del niño todos los días, a partir de que cumple unas pocas semanas de edad. Con esto evitarás que las articulaciones se vuelvan rígidas y mantiene los músculos funcionales de tu hijo fuertes y saludables.
Diagnóstico
Tratamiento
El tratamiento depende de varios factores, incluidos la gravedad, el tipo y la duración de la herida y otras enfermedades existentes.
Los nervios que solo están estirados se pueden recuperar sin mayor tratamiento.
El médico te puede recomendar fisioterapia para que tus articulaciones y músculos sigan funcionando adecuadamente y mantengan el grado de movilidad, y para prevenir la rigidez de las articulaciones.
Por lo general, se puede realizar una cirugía para reparar los nervios plexo branquiales entre seis y siete meses después de la lesión. Las cirugías que se realizan después de ese plazo tienen índices de éxito inferiores.
El tejido de los nervios crece lentamente, por lo que puede llevar varios años notar los beneficios completos de la cirugía. Durante el período de recuperación, debes mantener flexibles tus articulaciones con un programa de ejercicios. Se pueden usar férulas para evitar que la mano se curve hacia dentro.
Consultar con un médico
Las lesiones del plexo braquial pueden causar debilidad o discapacidad permanentes. Aunque te parezca que es leve, puedes necesitar atención médica. Visita a tu médico si presentas lo siguiente:
Ardor o quemazón recurrentes – Debilidad en la mano o el brazo – Dolor de cuello – Síntomas en ambos brazos