Categorías: Salud

Remedio natural para eliminar los piojos

Compartir

En cualquier época del año es posible que los niños y niñas contraigan piojos y liendres y esto no es fácil de erradicar muchas veces.

Pero más aún en temporada escolar es cuando la presencia de los piojos se vuelve un problema muy grave para muchos padres, que no encuentran una solución definitiva. Por ello a continuación te mostraremos las alternativas con estos remedios naturales y caseros que pueden ayudarte a eliminar los piojos definitivamente.

Remedios naturales para eliminar los piojos y liendres

Para tratar los piojos y liendres, hay veces en que todo lo que tienes que hacer es utilizar un peine para piojos para peinar el cabello de la persona afectada cada mañana y noche durante tres semanas. Puedes combinar el peinado con algunas recetas, tratamientos y remedios caseros fáciles de realizar como los siguientes:

Receta para los piojos con aceite de coco

Receta para los piojos con vinagre blanco

Tratamiento para piojos con aceites esenciales

Preparados caseros para erradicar los piojos y liendres

Mayonesa

La mayonesa también resulta de beneficio a la hora de eliminar piojos. Lo único que tienes que hacer es cubrir toda la cabeza con mayonesa, colocar una gorra de plástico y dejar por algunas horas. La mayonesa tiene esa propiedad debido a que elimina a los piojos al evitar que les llegue oxígeno. De esta manera quedan sumergidos en la consistencia cremosa sin poder salir a la intemperie y mueren.

Hierba ruda

Prepara una mezcla de un litro de agua con un puñado grande de ruda. Ponlo a hervir y dejar enfriar. Coloca en toda la cabeza haciendo masajes fuertes y empapando todo el cuero cabelludo y cabello. Cubre con una gorra de plástico por unas horas.

Anís verde

Haz una mezcla (2 cucharadas) de anís verde con un litro de agua. Después de lavarte el pelo con champú, aplica esta loción al pelo y no enjuagues.
Eduardo Vera

Columnista, escritor, autor. Formo parte de la redacción de News Digitales desde sus inicios

Publicado por
Eduardo Vera