El zóster se presenta a causa del virus de la varicela-zóster, que es el mismo virus que provoca la varicela. Si tuviste varicela, el virus permanece inactivo en el tejido nervioso, cerca de la médula espinal y el cerebro. Años más tarde, el virus puede reactivarse y causar zóster.
Si bien no es una afección que puede poner en riesgo la vida, el zóster puede ser muy doloroso. Las vacunas pueden ayudar a reducir el riesgo de tener zóster, y el tratamiento temprano puede contribuir a acortar la duración de la infección que produce y a reducir las posibilidades de tener complicaciones.
El zóster se presenta a causa del virus de la varicela-zóster, que es el mismo virus que provoca la varicela. Cualquier persona que haya tenido varicela puede tener zóster. Una vez que te recuperas de la varicela, el virus puede ingresar al sistema nervioso y permanecer inactivo por años.
Con el tiempo, puede reactivarse, desplazarse por las vías de los nervios a la piel y provocar zóster. Sin embargo, no todas las personas que tuvieron varicela presentan zóster.
No se sabe con certeza cuál es la causa del zóster, pero podría deberse a la disminución de la inmunidad contra infecciones que se produce a medida que envejeces. El zóster es más frecuente en los adultos mayores y en las personas que tienen el sistema inmunitario debilitado.
El virus de la varicela-zóster es parte de un grupo de virus denominado «virus del herpes», que también comprende los virus que provocan herpes labial y genital. Por este motivo, el zóster también se conoce como «herpes zóster». Sin embargo, el virus que provoca varicela y zóster no es el mismo que provoca herpes labial o herpes genital, una infección de transmisión sexual.
¿Es contagioso?
Las personas con zóster pueden contagiarle el virus de la varicela-zóster a cualquier persona que no sea inmune a la varicela. El contagio suele ocurrir mediante el contacto directo con las llagas abiertas de la erupción de zóster. Sin embargo, una vez infectada, la persona presentará varicela en lugar de zóster.
La varicela puede ser peligrosa para algunas personas. Puedes contagiar a otros hasta que se forme una costra en las ampollas de zóster; por lo tanto, debes evitar el contacto físico con las personas que no hayan tenido varicela o no hayan recibido la vacuna contra la varicela, especialmente, las personas con el sistema inmunitario debilitado, las mujeres embarazadas y los recién nacidos.
Las complicaciones del zóster pueden ser:
Neuralgia posherpética – Pérdida de la visión – Problemas neurológicos – Infecciones de la piel
Si bien no existe una cura para el zóster, el tratamiento inmediato con medicamentos antivirales recetados puede acelerar la curación y reducir el riesgo de sufrir complicaciones.
Como el zóster puede causar un dolor intenso, el médico también puede recetarte:
Parches tópicos de capsaicina – Anticonvulsivos, como gabapentina – Antidepresivos tricíclicos – Anestésicos, administrados a través de una crema, un gel, un aerosol o un parche cutáneo – Medicamentos que contienen narcóticos, como la codeína – Inyecciones de corticoesteroides y anestésicos locales
El zóster dura, por lo general, entre dos y seis semanas. La mayoría de las personas contraen zóster una sola vez, pero es posible contraerlo dos o más veces.
Algunas personas tienen síntomas de zóster tan leves que no buscan tratamiento médico. Por otro lado, los síntomas graves pueden requerir una visita a una sala de urgencias, en especial, en las siguientes situaciones:
El dolor y la erupción cutánea aparecen cerca de un ojo. Si no se trata, esta infección puede provocar daño permanente en el ojo – Tienes 60 años o más, ya que la edad aumenta significativamente el riesgo de tener complicaciones – Tú o alguno de tus familiares tienen un sistema inmunitario debilitado (debido a cáncer, medicamentos o una enfermedad crónica) – La erupción cutánea es generalizada y dolorosa.