Según la diputada hay una diferencia entre los ricos que consumen marihuana y los pobres que lo hacen.

Este domingo estuvo como invitada la modelo y actual diputada Amalia Granata, en la Mesa de Mirtha. Es de público conocimiento su militancia en contra del Aborto Legal, Seguro y Gratuito, motivo por el cual se involucró en la política.

En medio de la charla entre los invitados surge el tema de la legalización de la marihuana y la ex modelo no supo más que hacer un comentario extremadamente clasista y discriminatorio. Granata dijo “una cosa es legalizar para el que tiene el departamento en Palermo” y agregó “y otra cosa es para el que vive en una casa de chapa”.

La diputada comenzó el discurso diciendo “una cosa es legalizar la marihuana para el que tiene el departamento en Palermo y se junta con amigos a ver Netflix y fumarse un porro y pasarla bien, y otra cosa es el que vive en una casa de chapa con piso de barro que no tiene baño, que empieza a consumir marihuana”

En ese momento quien pudo ponerle un freno al discurso de Granata fue el chef Mauro Colagreco. El chef le aseguró que “esas personas no necesitan que la marihuana esté legalizada o no”. Sin embargo la diputada no dio más argumentos que agregar “pero legal es peor”. Y agregó “Si empezamos a legalizar todo lo que está mal estamos en una situación muy complicada. ‘Cuando me dicen: Pero el aborto sucede… entonces lo tenemos que legalizar’, bueno, la venta de drogas también sucede, la pedofilia sucede y no la legalizamos”.

Un discurso que se repite

Este tipo de comentarios y esta creencia de si algo es aceptable en medida de la clase social a la que se pertenezca no es nuevo. De hecho la Gobernadora María Eugenia Vidal tuvo un comentario extremadamente parecido. La gobernadora estuvo como invitada en un programa de A24 y dijo “Entiendo que puede haber sectores que tengan libertad de decidir, en el caso de la marihuana, fumarse un porro. En algún nivel socioeconómico distinto”

Al parecer el discurso de la derecha sigue patrones estipulados y se maneja con una cierta paternalización de los pobres. Además de creer que por ser pobres no se les está permitido realizar actos que para los “pudientes” están totalmente normalizados.