Tuvo un retroceso del 0,68% en julio, un fenómeno que no se veía desde mayo de 2020.
Brasil registró este martes una deflación del 0,68% en julio impulsada por la caída de los precios de los combustibles y la energía eléctrica, según informó hoy el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). De esta manera, los precios acumulan un 10,07% en 12 meses. Se trata del menor registro desde enero de 1980, y es la primera merma desde mayo 2020, dato afectado por el impacto de las restricciones por la pandemia de Covid-19.
En junio, los precios minoristas habían avanzado 0,67%, y alcanzaban 11,89% en 12 meses. ¿Por qué Brasil le pasó esto de la deflación? El gobierno de Jair Bolsonaro aprobó semanas atrás una ley para eliminar parte de los impuestos que se cobran a las naftas y al etanol para financiar la salud y la educación. Y si bien el Poder Ejecutivo eligió mantener los precios fijados por la estatal Petrobras en dólares, alineados con los precios internacionales del crudo.
Pero la petrolera decidió bajar sus precios un 5% a mitad de julio. Se trató de la primera baja luego de varias alzas consecutivas y en medio de un malestar creciente con Bolsonaro por la inflación en ascenso. En ese entonces, el valor del combustible cayó de 4,06 reales (unos 0,75 dólares en ese momento) a 3,86 reales (0,72 dólares) por litro, una rebaja del 4,93%. Sucede que los precios de los combustibles afectan a toda la cadena de valor de los productos.
Esto se da principalmente por la distribución de los mismos a lo largo y ancho del país. Es por eso que según el IBGE, la tasa de julio “fue influenciada principalmente por el sector de Transportes, que tuvo la caída más intensa (-4,51%), y contribuyó con el mayor impacto negativo (-1,00 punto porcentual) en el índice”. Otra caída con impacto fue la de la energía eléctrica residencial (-5,78%), que también fue a consecuencia de una reducción tarifaria e impositiva.
No todo es de color de rosas, los alimentos por el contrario, están en alza. Alimentos y bebidas continuaron se fueron con un aumento del 1,30% empujado principalmente por el incremento de la leche larga vida, que se apreció un 25,46%. En 12 meses, el rubro acumuló más que el nivel general: un 14,72%. Esos avances impactan especialmente en el bolsillo de la población más vulnerable, que destina la mayor parte de sus ingresos a los bienes básicos para subsistir.
La inflación ocurre en momentos en los que el país vecino está en pleno clima electoral de cara a los comicios presidenciales que enfrentarán al líder del Partido de los Trabajadores, Luiz Inácio Lula Da Silva, con el actual mandatario, que buscará la reelección. La acumulación de precios impactó de lleno en la imagen de Bolsonaro, que cae con los meses. Con información de A24