La Argentina se encuentra entre los países con más casos de bullying y ciberbullying del mundo. Los maltratos aumentaron un 20% con respecto al informe de 2019

Según datos del informe de “Bullying Sin Fronteras, Argentina se posiciona como uno de los países con más casos de acoso escolar en el mundo. El estudio comprende el período que va entre enero del 2021 y febrero del 2022.

En Argentina 7 de cada 10 niños sufren bullying y otras formas de violencia escolar

Los casos en el país continúan en aumento: 7 de cada 10 niños sufre todos los días algún tipo de acoso y ciberacoso. Hacia 2019 se habían registrado 12.300 casos y tras atravesar la pandemia, que provocó un aumento ostensible de casos de ciberbullying, el número total pasó a 14.800. Esto demuestra un incremento objetivo del 20%.

Como se sabe, el bullying es una problemática cada vez más frecuente en los establecimientos educativos de todo el mundo. Se trata de la repetición de ataques (físicos, verbales o emocionales) que implican un abuso de poder de los agresores sobre la víctima. Siempre, y en todos los casos, se da de un grupo mayoritario hacia un niño/a; y se configura y se sostiene bajo un principio de ausencia de provocación, es decir, no hay motivo real y concreto en el que se apoye el acto de maltrato por parte de los grupos hostigadores; estos suelen ser patrones generales.

En Argentina 7 de cada 10 niños sufren bullying y otras formas de violencia escolar

Otro dato que revela el informe, y que enciende las alertas, son los cambios en los motivos en que se configuran los ataques: antes el alto rendimiento escolar o ciertas características físicas eran suficientes para dañar, pero ahora cualquier motivo puede ser eje para agredir. En nuestro país, se da un particular fenómeno que diferencia a los niños y las niñas de entre 6 y 17 años. Los motivos principales de bullying en chicos se da por bajo rendimiento o bajas habilidades deportivas, mientras que, en las chicas, la belleza.

Muchas veces estas situaciones pasan desapercibidas para los adultos, que suelen minimizarlo con frases como “es cosa de chicos”, pero las consecuencias que genera en el corto y largo plazo en quienes lo padecen son gravísimas. El menor maltratado queda expuesto física y emocionalmente, lo que genera terror ante la idea de acudir a la escuela, ansiedad, tristeza, aislamiento, y tanto más.

Los efectos a nivel psicológico, emocional y social son importantes, duraderos y condicionan su desarrollo pleno. Y lo que es peor, en sus formas más graves, pueden llevar a la víctima a tener ideas suicidas e incluso a materializarlas.