El cuerpo de Camila fue hallado junto al de un estudiante chileno con quien compartía departamento. Investigan si se trató de un asesinato. Su padre es el periodista Ernesto Behrensen.
Camila Behrensen, la argentina de 24 años cuya muerte en Estados Unidos es investigada como un asesinato, tenía en su cuenta de Instagram una foto de la princesa Mérida, la protagonista principal de la película Valiente, de Disney, pelirroja como ella.
Si bien no era muy activa en sus redes sociales, sí avisaba desde su biografía que se encontraba en Kansas, Estados Unidos.
Camila vivía allí desde principios del 2021 como estudiante de posgrado predoctorales en el Instituto Stowers de Investigación Médica. “Era muy inteligente. Una estudiante brillante. Siempre se sacaba 10”, confiaron sus familiares.
Camila fue hallada muerta este sábado, junto a su compañero de piso, el estudiante chileno Pablo Guzmán Palma, de 25 años, tras un incendio declarado en el departamento. La policía investiga el caso como un homicidio.
Personal policial y de bomberos se trasladó hasta el lugar tras recibir una alerta de incendio y al sofocar el fuego hallaron los dos cadáveres, que a simple vista presentaban “traumatismos”.
Quién era Camila Behrensen
Camila era hija del periodista Ernesto Behrensen, exdirector de la agencia Diarios y Noticias (DyN) y de Laura Gómez. “Les avisaron el domingo. Primero les dijeron que fue una desgracia, después abundaron en algo más” sobre las sospechas y las investigaciones que lleva adelante la policía estadounidense, informaron fuentes cercanas a la familia. Su padre viajó a Kansas acompañado por un amigo. “Quieren traer el cuerpo a Buenos Aires”, añadieron.
Camila nació el 12 de enero de 1998, y se recibió en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), durante la época de la pandemia. En 2020 ganó una beca a Estados Unidos, sin embargo recién pudo viajar a principios del año pasado por las restricciones impuestas por el coronavirus.
Se instaló en un departamento junto con el estudiante chileno que también falleció. “Eran amigos. Compartían el piso para abaratar costos”, indicaron los allegados a la familia
Según trascendió, Camila había estado en la Argentina el verano pasado y pasó unas vacaciones familiares en la costa atlántica y en Mendoza.
Los hobbies de Camila
En la biografía que publicó el Instituto Stowers Institute se señala que Camila “podría agradecer a Isaac Asimov por su amor por la ciencia”, ya que era “su autor favorito”.
Si bien en un principio se inclinó por la astronomía, finalmente se decidió por la biología. Estudió en la UADE, en la que se recibió como licenciada en Ciencias. Estudió dos años los cambios metabólicos en la mosca de la fruta, lo que le permitió ser coautora de un artículo publicado en Scientific Reports.
Sus estudios posteriores se centraron en la investigación del metabolismo y su papel en el desarrollo. Ahora aspiraba a obtener el título de posdoctorado y tener su propio laboratorio para liderar un equipo de investigación. Sus compañeros de clase y profesores del Instituto la describieron como una joven brillante que se preocupaba profundamente por su trabajo y por todos.
Camila también amaba correr. Uno de sus hobbies era correr maratones medias y participó en carreras de 800 y 1500 metros. “Originaria de Buenos Aires, está ansiosa por vivir sola en un país diferente”, concluyó la biografía del Instituto Stowers de Investigación Médica.
En relación con el joven estudiante trasandino, la última actividad que registró en sus redes sociales fue horas antes del hallazgo del hecho, cuando publicó un tuit en el que comentaba que estaba pasando una “noche tranquila”, mientras leía la novela “Will and testament” del escritor noruego Vigdis Hjorth. “Noche tranquila leyendo una deprimente novela noruega sobre dinámicas familiares tóxicas y opresivas”, posteó el joven chileno a las 0.31 del sábado.
Por último, de acuerdo al diario The Kansas City Star, con el doble crimen de la joven argentina y su compañero chileno los homicidios en esa ciudad alcanzaron la cifra de 126 hechos en lo que va del año.
En 2021 los homicidios llegaron a un total de 157, siendo el segundo registro más alto en la historia de Kansas City.