El lapidario pronóstico del exministro Domingo Cavallo para 2021.

El exministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, advirtió que el “súper cepo” instrumentado por el Banco Central en medio de la crisis por la pandemia tendrá consecuencias muy negativas para la economía y que “no hay elementos que permitan esperar un mejor clima económico y social en 2021”.

El exfuncionario, quien en la década del ’90 diseñó e implementó la convertibilidad peso – dólarcriticó la política económica del gobierno de Alberto Fernándezel cepo al dólar ahorro y volvió a pronosticar un Rodrigazo.

“En una economía con las reglas de juego que se fueron cristalizando durante los últimos 20 años en Argentina y en una coyuntura como la actual, conducir la política económica con acierto es un desafío muy difícil para cualquier gobierno”, publicó en su sitio cavallo.com.ar.

También señaló que conducir la política económica con acierto requiere de un equipo económico con buen nivel profesional, capacidad de trabajo coordinado y experiencia relevante de gestión. Y cerró este argumento afirmando que el gobierno de Alberto Fernández no dispone de ninguno de esos atributos”, por eso “su política económica es una sucesión interminable de torpezas”.

Cavallo hizo referencia al “supercepo”, los controles de precios, la inversión, el peronismo, la oposición y al duro escenario económico que viene: “la última y hasta aquí, más grave torpeza, fueron los cambios producidos en el manejo cambiario luego de que se logró cerrar exitosamente la reestructuración ordenada de la deuda“, aseguró en su escrito.

“Haber dispuesto que el Banco Central no venderá divisas a las empresas privadas que tienen vencimientos de obligaciones en dólares antes del 31 de marzo del año próximo y la exclusión de las grandes empresas exportadoras al acceso de pre financiamiento de sus exportaciones por parte del sistema bancario local, echó por la borda todo lo que la reestructuración de la deuda pública había significado como mejoramiento del acceso al crédito externo para el sector privado”. 

“Sólo la falta de profesionalidad del equipo económico y el temor al funcionamiento de los mercados libres puede explicar que no se haya optado por circunscribir las ventas de divisas desde el mercado controlado a las importaciones y a los pagos financieros del sector privado por obligaciones contraídas con anterioridad a la imposición del cepo”, amplió.

“Con una organización del mercado cambiario tan deficiente, el intento del Banco Central de absorber con operaciones de mercado abierto o colocación de LELIQs parte de la enorme emisión monetaria que requiere el financiamiento del déficit fiscal, obligará a pagar tasas de interés muy altas y, aun así, no conseguirá acotar significativamente la brecha entre el precio del dólar en el mercado oficial y el contado con liquidación, el dólar bolsa y el dólar blue. Como consecuencia el crédito bancario al sector privado será muy limitado y cada vez más caro“, aseguró.

Y agregó: “a medida que las empresas puedan reactivarse, necesitarán invertir en capital de trabajo porque habrán quedado con una situación financiera muy desmejorada como consecuencia de meses de inactividad o de actividad muy limitada. Las empresas que no consigan financiamiento o, peor aún, se hayan tornado insolventes, no reabrirán sus puertas y liquidarán sus negocios. En este contexto económico y financiero, la inversión del sector privado en capital fijo será prácticamente nula y ni siquiera se logrará reponer la depreciación de la capacidad productiva“.

“La acentuación de los controles de precios y la prolongación del congelamiento tarifario, aumentará el riesgo de que, cuando el Banco Central ya no pueda sostener el tipo de cambio en el mercado controlado y deba permitir un salto devaluatorio, los efectos inflacionarios de esa devaluación se agraven. Ello ocurriría por la necesidad de permitir al mismo tiempo del aumento del tipo de  cambio el reajuste de los precios y salarios que quedaron retrasados por los controles, tal como ocurrió en 1975 con el Rodrigazo“, disparó Cavallo.