FOTO: DIEGO SIMÓN SÁNCHEZ
El 2 de noviembre se conmemora el Día de Muertos en distintas partes de América Latina, una festividad originaria de México (también tiene lugar en algunas zonas de Perú y Bolivia) y que data de los pueblos mayas, aztecas, totonacas, purepechas y nahuas.
Luego de la llegada de los Españoles a ese país, la celebración se fusionó con las creencias católicas impuestas por los extranjeros, es así que hoy en día no solo encontramos imágenes de calaveras en los altares sino que también se le rinde culto a distintos santos de la fe católica; además en el resto del mundo cristiano se la conmemora como el Día de Todos los Santos y los Fieles Difuntos (1 y 2 de noviembre).
Más de uno habrá conocido esta colorida celebración a través de la película “Coco” de Disney, en donde un niño se transporta mágicamente en ese día a la tierra de los muertos para que su difunto bisabuelo le de su bendición y pueda tocar música, algo que estaba prohibido en la familia. Esta fecha además, como muestra la película no es una fecha de lamento ni de tristeza, sino todo lo contrario; es una fecha de alegría y de celebración, donde las personas del “plano terrenal” se reúnen con sus seres queridos ya fallecidos.
La tradición cuenta además con distintos rituales y ofrendas como comida, fotos de los familiares difuntos, flores, velas y las famosas katrinas que son calaveras pintadas con flores y colores brillantes. Estos altares con ofrendas se preparan cada 31 de octubre y se dejan hasta el 2 de noviembre que es la fecha en la que los muertos regresan de visita al plano terrenal.
Además en algunos pueblos se realiza un camino de flores desde el cementerio a las entradas de los hogares para que los espíritus “sigan el camino a casa”, mientras que en ciudades más grandes como en el Estado de México hay un concurrido desfile con carrozas, música y disfraces, que este año se vio afectado por la pandemia del coronavirus.
Una curiosidad de esta celebración es que coincide con otras celebraciones de origen europeo, como la festividad del Samhain originaria del pueblo celta del cual deriva la famosa celebración de Halloween. Pero eso no es todo, en muchas regiones del México prehispánico al igual que en esas dos celebraciones se rendía culto al inicio de la cosecha y a los muertos porque era de quienes se heredó el acto de cultivar de la tierra.
Cabe volver a mencionar que esta festividad no es un día de tristeza por los que ya no están, sino que es un día de celebración de la familia, el amor y la felicidad de volver a encontrarse con los seres queridos que ya no se encuentran en “este plano” y principalmente es una celebración de la cultura en todo su esplendor.