Luego de seis meses de investigación, Fernando Polack junto a su equipo, mostraron alentadores resultados preliminares de la investigación.

Cuando no existían las vacunas que hoy se prueban con miles de voluntarios, se creía que el plasma era la “salvación” contra el coronavirus. Siempre se trató de un ensayo clínico; luego, el plasma perdió prensa en Argentina y desde julio se descartó su uso en pacientes graves por covid-19. 

Este jueves, el plasma volvió a estar en el centro de la escena de la pandemia. La Fundación Infant, que preside el prestigioso infectólogo Fernando Polack​, compartió este jueves al mediodía las conclusiones preliminares de su investigación, y fueron alentadoras.

Fernando Polack​

El estudio “Evaluación de eficacia de la administración de plasma de convaleciente en forma temprana contra el COVID-19 en adultos mayores” llevó 6 meses, demandó 180 mil dólares y determinó que el plasma tuvo una eficacia del 61% en evitar la enfermedad grave.

“Normalmente la información nuestra se comunica después de publicada y comparada por pares. Decidimos convocar a esta reunión para compartir los resultados iniciales”, señaló el Polack al iniciar la conferencia de prensa. Y explicó que esta investigación, a diferencia de otros estudios, “tiene la característica central de administrar el plasma en los primeros días de infección. Nosotros siempre pensamos el plasma como administración temprana”.

Conferencia de Fernando Polack

Explicaron la analogía de un ladrón en un habitación para decir que con el plasma buscaron que el ladrón (el coronavirus) entrara al organismo pero no llegara a robar. Así, se administró a las 72 horas de síntomas leves activos, no en pacientes graves. El 11% de los que recibieron plasma se enfermó gravemente frente al 30% de enfermos graves entre quienes recibieron placebo.

“En marzo empezamos a pensar esto. En paralelo, se generó una lista de voluntarios para que donaran plasma. Se eligió a los que tenían más anticuerpos y se les extrajo”, dijo Polack en la conferencia. Respecto de los receptores, un grupo podía llamar y avisar que estaba sintiendo los primeros síntomas.

“Ahí se los visitaba en sus casas y se los hisopaba. Los positivos eran llevados a hospitales y unos recibían placebo y otros plasma. Se monitoreaban durante 15 días, hasta el alta. Y se los visitaba diariamente en sus casas para ver los resultados”, describió.

Polack

Los voluntarios fueron 170 en total, la mayoría mujeres, con un promedio de edad de 77 años. Y hubo un 61% de eficacia del plasma en evitar la enfermedad grave. “El plasma funciona si el donante tiene los anticuerpos suficientes. Funciona cuando es administrado antes de las 72 horas. Funciona para pacientes leves, no graves. Hay un tiempo donde se puede administrar si no es demasiado tarde. Y funciona en pacientes de más de 65. Transforma al coronavirus en un catarro, remarcó.

Polack cree que “cambia el foco de a quien darle plasma”. Aún es temprano para saber cómo será el nuevo protocolo, pero el experto adelantó que “nos reuniremos con la autoridades para que sea posible que los pacientes mayores de 65 años leves lo reciban”. Y que “va a haber un criterio para definirlo operativamente, pero sería equiparable al momento en que se asigna a alguien como caso sospechoso, con fiebre o tos”.

También puso el foco en que hay que medir anticuerpos en los donantes, en cuanto a cantidad para agilizar el sistema y encontrar al donante “perlita” que tenga lo que se necesita para curar a otra persona. En este sentido, anticipó que “posiblemente se les pida a futuro un conteo de anticuerpos a los pacientes que reciben el alta”.

Fernando Polack

“Cuando una persona tiene coronavirus, al principio no consulta. Hay que estar atentos y consultar ante síntomas tempranos, para que, si es necesario, se aplique plasma”, dijo Libster, una de las coordinadoras generales. Y Polack concluyó que seguramente llegará al país una segunda ola, similar a la primera, pero con vacunas, anticipó.

“Hasta que no haya una vacuna para generar defensas en el cuerpo contra el coronavirus, tenemos que buscar una estrategia para tomar prestadas las defensas de otro lado. La medicina, hace más cien años tomó la defensas de gente que había tenido una enfermedad y su sistema inmune ya la conocía. Por ese motivo esas personas suelen tener anticuerpos circulando en la sangre que les permiten defenderse de un nuevo ataque del mismo virus”, dijo Polack al finalizar