
Los piqueteros se “achican” cierran espacios ante la falta de alimentos que recibían por parte del Estado. La motosierra continúa, los movimientos sociales y organizaciones de izquierda se repliegan de las calles, y además se achican. La mitad de los grandes espacios que alquilaban los piqueteros como depósitos de mercadería y emprendimientos cooperativos, no fueron renovados por los dirigentes sociales, así lo informa Infobae.
“Cerramos y nos reagrupamos”, reconocen desde una organización. “Nos achicamos y reagrupamos” las razones del “achique” son varias, pero existe una fundamental, sin la recepción de los cientos de miles de toneladas de alimentos secos que recibían por parte del Estado Nacional para distribuir entre los comedores que administraban, las grandes superficies que arrendaban quedaron en desuso.
Si bien provincias como la de Buenos Aires, gobernada por Axel Kicillof, continúa con la modalidad de la “asistencia directa de alimentos y mercadería” destinada a los sectores más vulnerables, al no hacerlo la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (ex Ministerio de Desarrollo Social), que está bajo la órbita del Ministerio de Capital Humano, buena parte de los depósitos quedan vacíos. Existen casos en que los dirigentes no los alquilaban, pero a cambio tenían que pagar las facturas de servicios como agua, luz y gas.
Esto era debido a que los partidos políticos a los que pertenecen algunas organizaciones se los cedían. Pero al quitarles el poder que tenían sobre los beneficiarios de los panes sociales, y al darle directamente los alimentos a los comedores comunitarios, quienes ahora reciben asistencia directa por parte del Estado a través de la tarjeta Alimentar Comunidad. La UTEP es uno de los espacios sociales más importante del país.
Está integrada, entre otras por organizaciones como el Movimiento Evita, Barrios de Pie, el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), la Corriente Clasista y Combativa (CCC), el Frente Popular Darío Santillán, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP); y otros espacios vinculados a la agricultura familiar y campesina. Varios de sus más importantes dirigentes reconocieron el “achique” de su estructura edilicia.
Pero uno de ellos fue el más gráfico al momento de expresar la situación por la que atraviesan esos espacios en tiempos de La Libertad Avanza y que hace tan solo 14 meses atrás parecía inverosímil: “Desde septiembre y octubre del año pasado empezamos a concentrar más las experiencias productivas y comunitarias, que antes estaban más distribuidas en los territorios, en menos lugares. A partir de fines de 2024 espacios grandes se fueron cerrando.”
“Sostener un galpón, pagar la luz y el gas, el funcionamiento es carísimo”, explica el dirigente de la UTEP y detalla: “Hubo varios procesos. Un proceso fue el de cerrar. Hemos cerrado un montón de talleres textiles. Otro proceso fue el de concentrar en lugares un poco más grandes y que funcionen allí las cooperativas productivas junto a los depósitos de alimentos -provincia de Buenos Aires nos sigue entregando- o centros educativos o centros de salud”
Uno de sus máximos referentes lo cuenta así: “En general se cerraron galpones o espacios para mercadería, y concentramos las actividades en locales propios, partidarios o que todavía podemos bancar. Por ejemplo, en los espacios que se almacenan los alimentos que nos mandan desde provincias o algunos municipios, ahora realizamos también otras actividades, como un emprendimiento productivo o centro comunitario”.
También reconoce que “algunos galpones grandes que habían sido cedidos por conocidos para almacenar los alimentos que llegaba del ex Ministerio de Desarrollo Social, fueron devueltos.” Desde Capital Humano sostienen: “Sin guita no hay piquetes. Sin el poder de los alimentos no hay extorsión. Les cortamos la intermediación por eso no tienen como hacer marchar a la gente. Ya no tienen poder de extorsionar a los más vulnerables”.
Integrantes de la Unidad Piquetera y Territorios en Lucha, como Polo Obrero, el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), MTR-Votamos Luchar, CUBA-MTR, Libres del Sur, Agrupación Armando Conciencia, Organización 17 de Noviembre, MTR Teresa Rodríguez, Movimiento Territorial Liberación (MTL-Rebelde), Coordinadora por el Cambio Social, el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), la Federación de Organizaciones de Base (FOB) y el Movimiento Barrial de los Trabajadores (MBT), entre otros, también reconocieron el cierre de locales y depósitos.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y de Capital Humano, Sandra Pettovello, aplicaron medidas contra las organizaciones piqueteras. El Gobierno de Javier Milei celebra este hecho, el “achique” de los espacios sociales y el repliegue piquetero de las calles como uno de sus principales logros, junto a la baja inflacionarias. Pettovello también limpio de funcionarios vinculados a los movimientos sociales el ex ministerio de Desarrollo Social. Es decir, los que “estaban de los dos lados del mostrador”.
Romper con la intermediación de los planes y de los alimentos fue clave para La Libertad Avanza. Ahora Pettovello asiste a los comedores de manera directa y la política asistencial es cargada con dinero en la tarjeta Alimentar Comunidad para que los responsables de los comedores y merenderos compren la comida que necesiten. Una vez que se rinden los gastos, se recarga el nuevo importe.
Auditorías de la cartera de Capital Humano (que fueron judicializadas) reflejaban que el 47% de los comedores inscriptos en el Registra Nacional de Comedores y Merenderos que fueron auditados no existían. La funcionaria de Capital Humano difundió por redes sociales, en estaciones de trenes, colectivos y a través de mensajes de WhatsApp la leyenda: “El que corta no cobra”. Solicitó que se denuncie cualquier “apriete” u “extorsión” la línea 134 que habilitó para ese fin Bullrich.
De esa forma el gobierno les arrebató el arma que, según las causas que tramitan en la justicia federal, utilizaban para “coaccionar”, “presionar” y “extorsionar” para que asistan a los piquetes bajo la amenaza de quitarles el plan social. La ministra de Seguridad también implementó el Protocolo Antipiquetes. La batería de medidas fue exitosa.