Detenciones arbitrarias, niños y niñas menores de 16 en celdas sin agua ni comida ni acceso a hablar con sus familias, desnudez forzada en las detenciones y otras formas más graves de violencia sexual -ya hay ocho querellas oficiales pero muchas más que no pudieron llegar a esa instancia por temor de las denunciantes a represalias-, torturas, exceso en el uso de violencia; muertes y desapariciones”; afirma la periodista Marta Dillon en esta nota de Página 12 acerca del contexto represivo que vive Chile tras su levantamiento popular.

A pesar de que el presidente chileno, Sebastián Piñera, afirmó que Chile “está en guerra” hace cuatro días y su esposa dijo, a través de un audio que se filtró, que el país enfrenta “un enemigo poderoso”, hasta ahora las muertes, violaciones, torturas y actos de violencia pesan sobre el pueblo chileno. “Hay violación de Derechos Humanos, todos los días, esto no es algo que parece, es algo que es, que sucede. Por eso necesitamos de la colaboración internacional, necesitamos que haya declaraciones contundentes sobre lo que está pasando en nuestro país con este virtual estado de sitio”, señala Constanza Schonhaut, colaboradora del Instituto Nacional de Derechos Humanos (Indh), en la nota de Dillon.

El miércoles, la cifra de fallecidos escaló hasta los 23 muertes, incluyendo a un niño de cuatro años. Asimismo, se reportan más de dos mil heridos entre los cuales 45 damnificados perdieron la vista a causa de disparos de perdigones. “Creo que hay que analizarlo, porque lo que vemos es el Terrorismo de Estado en acción, ojos perdidos, lesiones de por vida, torturas… y todo lo que no sabemos porque pasa en la noche, en las comunas vulnerables, en las regiones que no cubrimos. Hay un presidente a la cabeza, sí, pero enviando al ejercito contra la protesta”, afirma Schonhaut.