Por Facundo Pedrini

Un grupo de pacientes psiquiátricos sigue a un inadaptado social que hace planes para fugarse reiteradas veces de un manicomio al saber que su sentencia es indefinida. Lo que empezó siendo huida terminó una guerra entre locos y enfermeros en navidad que termina con el inadaptado lobotomizado y asesinado con una almohada mientras todos escapan.  Si usted pensó que “Atrapado sin salida” predijo a los rompe cuarentena, pensó bien. La fascinación por los alfileres de los que antes elegían el globo es notable:

La OMS dice que el nuevo epicentro del virus es America del Sur.
Brasil cuenta muertos de a miles, recomienda remedios caseros
y es el segundo país del mundo con más contagios.

Perú ya se quedó sin ventiladores mecánicos.

Fosas comunes en Guayaquil y bolsas con cadáveres apilados en las plazas.
Cada 24 segundos se contagia un chileno y cada 32 minutos se muere.

En Argentina se superaron los 10.000 contagios, el 80% en Capital y Gran Buenos Aires.

Abren las florerías. Abren las galerías. Abren las veterinarias.Abren las mueblerías.Pero los tribunales no. Sin justicia, pero con lámparas de pie, cuadros al óleo, gatitos sanos.

Es un tema de muertos, no un tema de tildes,
pero el verbo favorito es salir.

En un informe de situación la Organización Internacional del Trabajo (OIT) revela que el 68% de la fuerza de trabajo mundial vive en países que han previsto el cierre obligatorio o recomendado de los lugares de trabajo. 389 millones de personas en todo el mundo está a punto de sufrir hambruna. Argentina es el único país en declarar al Covid-19 como enfermedad laboral, prohibir activamente los despidos por causales de falta o disminución de trabajo, fuerza mayor o suspensión de actividad y otorgar licencias por cuidados al personal con hijos a cargo y personas de riesgo afectadas a tareas esenciales tanto en el sector público como en el privado.

El gobierno argentino protege pero el dramatismo desborda la decisión política: Un salvataje urgente por parte del Estado asumió el pago del 50% de los sueldos para el 40% de las empresas de cualquier tamaño, rama de actividad y nivel de facturación es una manta que llega a los pies de muchos pero no tapa a lo que se están cayendo de la cama, ese sector informal, sin derechos ni acceso a seguridad social, que surfea olas de brea y representa el otro 40,2% del país. Para ellos, la transferencia de ingresos usando programas sociales como el IFE es un paliativo pero también una prótesis extraordinaria en un país en donde lo extraordinario llega solo una vez, si es que llega.

Contemplar los refuerzos esporádicos como algo permanente hace que el gobierno anuncie un aumento a jubilados para que cobren menos que si hubiera movilidad. De percibir $19.082 a $16.884. La proyección siempre esta en sombra y la palabra prohibida es ajuste. El problema es que la pronuncia la oposición: que quería gloria pero antes se llenó con pan. Una visita que sonríe y ofrece una torta de ricota mientras opina que hay pintar el living porque está descascarado. Fugaron lo que ya tenían que fugar y no de un manicomio.

Sin salida, pero no atrapados.