Pablo Borboroglu es investigador del Conicet en el Cenpat que funciona en Puerto Madryn. Esta semana recibió el Indianapolis Prize 2023, uno de los premios globales más prestigiosos en el mundo de la ecología.

El biólogo argentino Pablo Borboroglu, investigador del Conicet y especializado en temas de conservación ambiental, recibió el Premio “Indianapolis 2023”, uno de los premios más prestigiosos en el ámbito de la ecología y la conservación. Este premio, otorgado por la Sociedad Zoológica de Indianápolis, reconoce la trayectoria de Borboroglu en el estudio de los pingüinos y la conservación de los ecosistemas costeros de Argentina y la región.

Borboroglu es descendiente de inmigrantes griegos asentados en Chubut desde principios del siglo XX. Realizó sus estudios de grado en la Universidad Nacional de la Patagonia y obtuvo su doctorado en la Universidad del Comahue. Posteriormente, se especializó en Estados Unidos en la Universidad de Duke.

El premio “Indianapolis Prize 2023” es la primera vez que se otorga a un científico de América Latina y ha sido concedido en reconocimiento a más de tres décadas de trabajo de Borboroglu en la ecología de los pingüinos y la conservación de sus hábitats terrestres y marinos. Su labor ha estado enfocada en la protección de los pingüinos y otras especies costeras en un área geográfica que abarca 13 millones de hectáreas.

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En la década de 1980, Borboroglu presenció la amenaza que los derrames de petróleo representaban para los pingüinos en la costa de Chubut, donde morían alrededor de 40 mil pingüinos al año. Su trabajo científico y la colaboración con organizaciones no gubernamentales lograron reducir significativamente la contaminación y las muertes de pingüinos en la región. Actualmente, el número de pingüinos muertos por esta causa se ha reducido a una veintena al año.

En 2009, Borboroglu fundó la Global Penguin Society, una organización dedicada a la protección de las 18 especies de pingüinos existentes en el mundo. Cerca de la mitad de estas especies se consideran amenazadas.

En una entrevista con el diario Perfil, Borboroglu destaca que el seguimiento de la conservación de los pingüinos es fundamental para comprender el estado general de los océanos y el medio ambiente.

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Entre las amenazas a las que se enfrentan los pingüinos se encuentran las prácticas pesqueras comerciales insostenibles, la contaminación ambiental, la perturbación humana y la introducción de especies predadoras exóticas. Además, el cambio climático está afectando a algunas especies al derretir los hielos y alterar la disponibilidad de alimentos.

El trabajo de Borboroglu también se ha centrado en la educación. Su organización ha desarrollado materiales educativos sobre los pingüinos y el medio ambiente, llegando a más de 200 mil estudiantes en la región. Han colaborado con empresas multinacionales como Disney y National Geographic, realizando transmisiones en vivo desde las colonias de pingüinos y difundiendo el material a través de plataformas globales.

Borboroglu destaca “las visitas de campo como una de las acciones más efectivas de su organización”, brindando la oportunidad a miles de niños de conocer de cerca a los pingüinos y promoviendo la conciencia ambiental. Además, han producido folletos y libros divulgativos que se distribuyen de manera gratuita en instituciones educativas.