La fama, tan anhelada, puede volverse en contra de las estrellas y convertirlas en víctimas de robos, como ocurrió con Antonio Gasalla

Cuando alguien trasciende a la sociedad como un personaje reconocido, para bien o para mal, se convierte en alguien popular. Es cuando aparece un valor, una herramienta que se llama FAMA, y aunque parezca mentira puede jugar a favor unas veces y en contra en otras ocasiones.

En el caso de Antonio Gasalla, su condición de actor famoso le jugó en contra. Porque a partir de todo lo que le permitió recaudar su profesión de actor, productor, director y hasta empresario de la artística, el capocómico tiene un buen pasar y una excelente estancia.

Entonces, hay unas pocas personas que saben que la administración de sus bienes, sus pagos y acciones de gestión las realiza, administra y monitorea el doctor Miguel Angel Pierri desde hace muchos años.

Ocurrió que a Gasalla lo llamó telefónicamente una voz femenina que dijo ser la secretaria de Pierri, comunicándole que iba a pasar a buscar 500.000 pesos para pagar servicios y aranceles, a lo que Antonio le respondió que fuese a buscar el dinero.

Pero ocurrió que Gasalla llamó al doctor Pierri para corroborar la acción y descubrió que esto era mentira porque su secretaria estaba en cuarentena por Covid 19 y que alguien que conocía perfectamente los movimientos económicos del actor, trataba de estafarlo y robarlo.

Por suerte, esto fue neutralizado y descubierto el ilícito que se intentó a partir de la fama y el patrimonio de Gasalla, que se salvó de ser víctima. 

Pero en estos actos, Pierri y Gasalla también tomaron conciencia que el mismo famoso viene siendo objeto desde hace tiempo del robo hormiga que le hicieron desaparecer de sus propiedades pelucas, trajes, aparatos electrónicos, zapatos y elementos que el artista utiliza en sus trabajos.

En este caso, los que van diezmando el patrimonio de Gasalla lo hacen sabiendo que él está enfermo y que muchas veces los superan las circunstancias. Pero días atrás también le pasó al periodista Toti Passman que lo engañaron en una maniobra bancaria buscando al famoso como víctima, pero también recordamos cómo terminaron velando de manera solitaria a la actriz Beatriz Bonnet que estaba sola, y perdió cuentas bancarias, departamentos para terminar internada en un geriátrico por parte de empleadas que supieron aprovechar esta mezcla de fama y soledad.

Si la fama la ponemos del otro lado, también se puede utilizar como herramienta para facilitar maniobras irregulares no tan claras como usurpaciones, estafas y falsificaciones de documentos en temas que en las últimas semanas envolvió a famosos como Damián De Santo, Alejandro Stoessel, Guillermo Martínez de Hoz, Francis Mallhman y Alberto Márcico entre otros personajes que ganaron notoriedad en sus actividades originales pero ahora aparecieron en temas oscuros y de cuestionamientos. La fama no siempre suma… también puede restar y dividir.