La Nasa anunció hoy un “nuevo y emocionante descubrimiento”: hay agua en la Luna
La información es inequívoca. La NASA ha detectado agua en la Luna, y además lo ha hecho en su superficie y en una cantidad más que suficiente para abastecer las necesidades de las futuras colonias humanas que, durante los próximos años, se podrían establecer en nuestro satélite de forma permanente.
La agencia espacial norteamericana llevaba varios días con este descubrimiento hecho en la Luna gracias al Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja (SOFIA), un telescopio de infrarrojos montado en un avión Boeing 747 modificado.
El hallazgo, que se publica esta semana en dos artículos en “Nature Astronomy” (los cuales pueden ser consultados aquí y aquí), no solo implica la detección directa de agua molecular (H2O) en la Luna, sino que señala también la existencia de grandes áreas alrededor de los dos polos lunares en las que el agua podría estar atrapada de forma estable. Significa que podría ser fácilmente recuperada por los futuros astronautas.
Estudios anteriores ya habían hallado signos de hidratación en la superficie lunar, especialmente alrededor del polo sur. Pero aquellas detecciones, llevadas a cabo en 2009 de forma independiente por varias misiones espaciales (la nave india Chandrayaan-1 y las sondas de la NASA Cassini-Huygens y Deep Impact), no fueron concluyentes.
La posición privilegiada de SOFIA, que evita el 99% de la distorsión que provoca la atmósfera en los observatorios terrestres, le confiere una vista única no solo de nuestros alrededores cósmicos, sino también de fuera de nuestro Sistema Solar y e incluso de la Vía Láctea para los estudios de La NASA.
Además, el hecho de que esté instalado en un avión favorece que las observaciones de una zona específica de espacio sean mucho más efectivas: cada vuelo dura diez horas, lo que pone a disposición de los científicos una amplia ventana para escudriñar el cielo en busca de nuevas respuestas.
“La movilidad del observatorio permite a los investigadores de La NASA ver desde casi cualquier lugar del mundo y estudiar eventos transitorios que a menudo tienen lugar sobre los océanos, donde no hay telescopios”, explicaron desde la agencia espacial. “Por ejemplo, los astrónomos de SOFIA estudiaron eventos similares a eclipses de Plutón, la luna Titán de Saturno y el objeto MU69 del cinturón de Kuiper”. El objetivo, esta vez, está mucho más cerca.