El integrante de la mafia ordenaba balear a los comerciantes que se negaban a pagar, o quemarles el supermercado
Un integrante de la mafia china, de esa nacionalidad, fue detenido en el barrio porteño de Balvanera y se lo acusa de extorsionar a comerciantes connacionales, a quienes les exigía un pago de 50 mil dólares a cambio de supuesta “seguridad” para poder trabajar. De negarse, contrataba a otras personas que actuaban con mano de obra local y les ordenaba balear en las piernas a los cajeros de los comercios o incendiarles las persianas para amedrentar a sus víctimas.
Fuentes policiales y judiciales aseguraron que la clave para detener al sospechoso fueron los audios de WhatsApp que hallaron los investigadores en uno de los teléfonos que habían sido secuestrados en el marco de la causa, donde un hombre le decía a otro: “Tenemos que hacer eso que te dije antes: o pegar tiros o quemarle la persiana al chino”.
La detención de Zheng Jianwei, que se hacía llamar “Adrián”, fue concretada el lunes por efectivos de la División Antifraude de Policía Federal Argentina (PFA), en forma conjunta con detectives de la Superintendencia de Investigación Federales, tras seis allanamientos realizados en la Capital Federal.
La sospecha del juez actuante es que “Adrián” lideraba una facción de la denominada “mafia china” conocida como “A/C (Argentina China)” que extorsionaba a supermercadistas connacionales, a quienes les exigía 50 mil dólares para brindarle una especie de seguridad para dejarlos trabajar.
La investigación comenzó la madrugada del 13 de diciembre del 2019, cuando un policía que se hallaba de consigna en proximidades de supermercado chino “Fu Shun”, ubicado en La Rioja 2137, detuvo a dos sujetos que llegaron a bordo de un Volskwagen Gol Trend y que dejaron una nota extorsiva por debajo de la puerta.
Estaba escrita en chino mandarín, pero el dueño del comercio la tradujo y le contó a la Justicia que decía: “Tenes que pagar 50 mil dólares en dos días, sino te matamos” y un número telefónico.
Dentro del Gol, los numerarios hallaron otras seis notas similares y en todas amenazaban a sus destinatarios con mensajes donde les exigían la misma cantidad de efectivo.
“Patrón, prepárate 50 mil dólares dentro dos días, si no solucionar espera cambiar balas“; “Patrón, te doy última oportunidad para pensar, dentro de dos días compañía va a mandar una persona, va a venir a solucionar. Yo te aseguro que este negocio va a estar en las noticias en Argentina. Si no me crees, podría traer una persona y probar”; “Patrón, te doy última oportunidad, dentro de dos días recibido y manda alguien a solucionar. Te aseguro que tu negocio va a eliminar uno a uno y va a estar en las noticias“, son algunas de las notas escritas en chino mandarín que fueron traducidas por un perito y que constan en el expediente judicial.
La clave para los investigadores fue el secuestro de los dos celulares que les secuestraron a los dos detenidos en 2019, quienes fueron procesados y permanecen con prisión preventiva: el peruano Jhon Torres y el venezolano Edgar Díaz.
Tras un análisis tecnológico de los peritos, se logró extraer una serie de mensajes y audios de WhatsApp en los que Torres y Díaz revelaban la actividad que les ordenaba “Adrián”.
“Tenemos que hacer eso que te pase en los videos, o pegar tiros o quemarle la persiana al chino“, dice uno de los audios, mientras que otro señala que tiene “la bomba de humo, la granada de fuego para tirar cuando esté cerrando el supermercado”.
Además, aclara que “es todo de la mafia china, lo que pasa es que ellos no se quieren ensuciar las manos y me pidieron el trabajito”.
El juez ordenó seis allanamientos para detener a “Adrián”, a quien finalmente se lo encontró en una vivienda de la avenida Rivadavia al 2300. Allí se incautó una importante cantidad de celulares, entre los cuales se presume que estarían aquellos utilizados para las maniobras extorsivas.
También se secuestraron elementos electrónicos de interés para la causa, como un disco externo, una tablet, una notebook, tres handies de comunicación, ocho tarjetas de chips prepagos, un pendrive, un disco que contenía las cámaras de seguridad, una caja de seguridad y más de medio millón de pesos.