Un grupo de genetistas liderado por el experto George Church, de la Facultad de Medicina de Harvard, tiene como objetivo devolver la vida al mamut lanudo, que desapareció hace 4000 años

Un equipo de científicos de la compañía norteamericana Colossal anunció este lunes que planea la “desextinción” del mamut lanudo de la tundra ártica, desaparecido hace miles de años. Para este proyecto de recreación genética y cuyo objetivo final es combatir el cambio climático, la firma ha recaudado 15 millones de dólares. “Colossal lanzará un modelo práctico de desextinción y será la primera compañía en aplicar técnicas avanzadas de modificación genética para reintegrar al mamut lanudo en la tundra ártica”, informó la empresa en un comunicado. La desextinción es el concepto de crear un animal similar a una especie extinta a partir de la genética.

Los avances en genética logrados en los últimos años están haciendo que la resurrección de animales perdidos sea una perspectiva tangible. Los científicos ya han logrado clonar con éxito a animales en peligros de extinción y pueden secuenciar el ADN extraído de los huesos, inclusive de especies extintas hace mucho tiempo. Los genetistas, dirigidos por el especialista George Church, de la Facultad de Medicina de Harvard, tienen como objetivo devolver la vida al mamut lanudo, que desapareció hace 4000 años.

Mamut
Ben Lamm y el genetista George Church creadores de la empresa Colossal

Imaginan, de esta manera, que el gigante de la edad de hielo con largos colmillos sea restaurado a su hábitat natural. Los esfuerzos de los expertos recibieron un gran impulso en las últimas horas con el anuncio de una inversión de 15 millones de dólares. Los defensores del proyecto sostienen que traer de vuelta al mamut en una forma alterada podría ayudar inclusive a restaurar el frágil ecosistema de la tundra ártica, combatir la crisis climática y preservar el elefante asiático en peligro de extinción, con quien el mamut lanudo está más estrechamente relacionado.

Sin embargo, según alegan científicos en contra del proyecto, se trata de un plan audaz plagado de problemas éticos. El objetivo, explicaron miembros del equipo de genetistas, no es clonar un mamut, pues el ADN que los científicos han logrado extraer de los restos de un mamut lanudo congelado está demasiado fragmentado y degradado. Por este motivo, intentarán crear, a través de la ingeniería genética, un híbrido de elefante-mamut viviente y ambulante, que sería visualmente similar a su predecesor extinto.

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“Nuestro objetivo es tener nuestros primeros animales en los próximos cuatro a seis años”, dijo el empresario tecnológico Ben Lamm, quien junto con Church cofundó Colossal, empresa de biociencia y genética para respaldar el proyecto. La nueva inversión y el enfoque aportados por Lamm y sus inversores marcan un paso adelante, manifestó el profesor de genética Robert Winthrop en la Facultad de Medicina de Harvard. “Hasta 2021, ha sido una especie de proyecto secundario, francamente, pero ahora podemos hacerlo”, dijo Church, y agregó: “Esto va a cambiar todo”.

“El equipo de investigación ha analizado los genomas de 23 especies de elefantes vivos y mamuts extintos”, precisó el experto. Los científicos creen que necesitarán programar al mismo tiempo “más de 50 cambios” en el código genético del elefante asiático para darle los rasgos necesarios para sobrevivir y prosperar en el Ártico. Church ha estado a la vanguardia de la genómica, incluido en el uso de CRISPR, la revolucionaria herramienta de edición de genes que se ha descrito como reescritura del código de la vida, para alterar las características de las especies vivas.

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La desextinción no es unánime entre la comunidad científica y algunos investigadores dudan seriamente de su viabilidad o se preocupan por los riesgos de su aplicación. “Hay muchos problemas que van a surgir de este proceso”, anticipó la bióloga Beth Saphiro a The New York Times. “Esto no es una des-extinción. Nunca más habrá mamuts en la tierra. Si funciona, será un elefante quimérico, un organismo totalmente nuevo, sintético y genéticamente modificado”, advirtió en Twitter Tori Herridge, bióloga y paleontóloga del Museo de Historia Natural de Londres.