Las mecheras suelen actuar de a 2, y a veces utilizan a sus hijos para robar. En esta nota te contamos su “modus operandi”
Las mecheras suelen actuar en comercios de ropa del centro de la ciudad. Operan en grupo y a veces con hombres o niños. Mientras una mujer consulta en el mostrador, otra aprovecha para esconder ropa en su bolso. Los hechos quedan filmados pero para cuando se ven suele ser tarde. Se mueven con gran destreza y generalmente escapan.
En el video de “Cámaras de Seguridad” de A24, se puede ver su accionar y cómo si se da aviso a la policía, se las pueden detener, es muy importante detectarlas y dar aviso a autoridades. En las imágenes se puede ver cómo mientras una mujer mira algunos productos y consulta en el mostrador, otra que ingresa como supuesta clienta -no se sabe si estaban juntas-, aprovecha para guarda sigilosamente ropa en su bolso y para luego retirarse sin comprar nada.
“Las mecheras están a la orden del día, sobre todo en la previa a las Fiestas”, explica el encargado de un local en Rosario donde hay mucho movimiento de gente haciendo sus compras. En los hipermercados o supermercados grandes suele haber seguridad privada pero las ladronas más entrenadas generalmente son más rápidas y a veces escapan, es otro de los casos en dónde suelen pasar menos advertidas.
¿Cómo operan? Entran en grupos haciéndose pasar por clientas y aprovechan cualquier descuido de los vendedores para llevarse mercadería del lugar. En su mayoría son mujeres, pero a veces van acompañadas por hombres y hasta niños. Son las “mecheras” que desde hace un tiempo preocupan a empleados y comerciantes locales. Es que este tipo de robo hormiga les genera pérdidas económicas y los obliga a colocar cámaras y alarmas y a estar atentos a todos los que ingresan.
Con esta modalidad les roban prendas de vestir, accesorios, perfumes, celulares y diferentes artículos. El término “mechera” hace referencia a una mujer que oculta entre sus prendas lo robado. Se trata de un delito de hurto, considerado menor por lo que difícilmente su autora quede detenida, a menos que posea antecedentes penales. En la mayoría de los casos descubiertos, las mujeres estuvieron demoradas pocas horas y luego recuperaron su libertad.
El modus operandi es variado. En algunas ocasiones, actúan en compañía de dos o tres cómplices. Las acompañantes por lo general se encargan de distraer a las vendedoras mientras la otra comete el delito. Pocas veces se ha dado el caso de “mecheras” solitarias. Otra modalidad implementada en la ciudad es confundir al vendedor con las prendas que supuestamente se van a probar. Todo vale a la hora de intentar sustraer algo de un comercio.
Mientras en algunas tiendas o boutiques se utilizan detectores en la puerta de ingreso, en otros las prendas están protegidas con prendedores que se activan cuando son retirados. Para desactivarlos, en la caja del comercio poseen un aparato que se encarga de esa tarea. En algunos locales se han instalado cámaras de seguridad cuyas imágenes son observadas constantemente y en algunos otros son los propios vendedores o encargados quienes realizan la tarea de vigilar que no se roben nada.
En uno de los comercios visitados relataron que un joven logró apoderarse de una camisa, y “al rato volvió y solicitó cambiarla por una de un talle menor. Puso como excusa que se la había regalado su padre. Cuando la encargada del local comenzó a efectuarle preguntas, el joven se puso nervioso y terminó reconociendo el robo”.
Algunas maneras de detectar “mecheras”
- Extremar la atención.
- La modalidad más común que se ha visto es ingresar a última hora de la tarde al local.
- Generalmente, entra un hombre y una mujer, incluso cuentan con una menor de edad, bien vestidos, con buen vocabulario. O dos mujeres solas o con niños.
- Suelen llevar una bolsa grande incluso una caja de tamaño considerable envuelta para regalo y se supone que en los mismos guardan la mercadería que sustraen.
- La estrategia es confundir al vendedor con preguntas y le hacen exhibir mercadería en cantidad, incluso si hay deposito le van a pedir que busque allí, se prueban varias prendas y el comerciante pierde la noción de la ropa que le entrega a los clientes.
- Antes de finalizar la supuesta compra las “clientes” discuten sobre la forma de pago. Incluso les hacen reservar alguna prenda con la excusa de ir a extraer dinero del cajero para volver, cuando en realidad ya escondieron lo suficiente como para retirarse del comercio.