Habrá multas para las personas que tiren colillas de cigarrillos en espacios públicos, y aquella persona que no cumpla tendrá además la obligación de realizar trabajos comunitarios.

La Legislatura porteña aprobó la prohibición de arrojar colillas de cigarrillos en determinados espacios públicos con sanciones que incluyen multas, trabajos comunitarios y cursos de capacitación ambiental. Primero fue la prohibición de fumar en parques de juegos infantiles, y ahora la normativa con la prohibición de tirar filtros o colillas de cigarrillos en la vía pública.

Tras la aprobación del proyecto presentado por el diputado del GEN, Sergio Abrevaya, queda prohibido tirar colillas de cigarrillos en los espacios públicos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y quienes transgredan la norma deberán abonar una multa que va desde los $642 hasta los $14.980.

Multas colillas

“Queda prohibido arrojar colillas de cigarrillos y/o cigarros y/o filtros en el espacio público de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, indica la norma. No solo incluye la sanción monetaria, los infractores deberán realizar trabajados comunitarios enfocados en la preservación del espacio público o tomarán cursos especiales de educación medioambiental.

La nueva resolución se incorporará al Régimen de Faltas de la Ciudad y quien infrinja la norma “será sancionado con una multa de 30 a 700 unidades fijas y/o la obligación de realizar trabajos comunitarios relacionados con la preservación del ambiente y/o la concurrencia a cursos especiales de educación y capacitación en materia ambiental’.

Los espacios en los que no deberá haber colillas de cigarrillo tiradas en el piso son: locales bailables; establecimientos donde se elaboren, fraccionen, sirvan o expendan alimentos y bebidas; shoppings, galerías de comercios y paseos comerciales a cielo abierto; alojamientos; edificios de oficinas; lugares de eventos públicos o privados.

Las colillas de cigarrillo constituyen uno de los residuos más contaminantes del planeta. En la confección de los filtros se utiliza acetato de celulosa y, al desecharlos, se conservan restos de nicotina, metales pesados y otros químicos que no fueron absorbidos por el fumador.