Determinaron que seguía liderando su banda desde la cárcel y lo controlarán como a un mafioso. Requisarán su celda cada 15 días y no podrá recibir visitas que no sean de su círculo familiar o su defensa

Roberto Verón Aguinagalde, detenido con prisión preventiva desde el 7 de julio en una unidad penal de Entre Ríos por narcotráfico, sufrió en las últimas horas un agravamiento en las condiciones de su encierro, ya que las autoridades competentes determinaron que continuaba con sus negocios ilegales aun estando en prisión y le dictaminaron un estricto método antimafia. 

El mismo, resuelto por el juez federal de Campana, Adrián González Charvay, consiste en tres puntos claves: será trasladado a una unidad del Servicio Penitenciario Federal de máxima seguridad en donde no tendrá contacto con otros detenidos por su mismo delito o por crimen organizado, su celda será requisada cada 15 días para constatar que no tenga ningún aparato móvil que le permita comunicarse con el exterior y sus visitas serán restringidas con el fin de que no pueda verse con personas que no sean de su vínculo familiar o su defensa

Se trata de medidas similares de encierro a las que se usan en Italia para los acusados de ser parte de organizaciones mafiosas. 

Ordenan encierro con modalidad antimafia para un narco detenido en Entre Ríos
Cocaína encontrada en una rueda de excavadora

Pese a encontrarse encerrado en Gualeguaychú a la espera del juicio oral, el hombre seguía liderando una banda de narcotraficantes en la que también estaba su pareja Yrma Ortigaza Franco, su sobrino Sergio Verón Cardozo y su hijo Fredy Verón. 

Las fuentes consultadas relataron que se comprobó que por un lado llamó a su novia y le dijo que “debía llevar adelante un encuentro en el cual debía entregar una bolsa a una persona en Plaza Italia, y obtendría una suma de 40 ó 50 mil pesos”.

Días después se comunicó con Verón Cardozo y le avisó que iba a hacer un negocio de envío de repuestos mecánicos a Europa, los cuales contenían droga líquida dentro. Desde entonces, empezó a darle órdenes a él y a su novia a través de varios llamados para que consiguieran una firma de envíos postales hacia el Viejo Continente. 

A sabiendas de eso, agentes policiales vigilaron una sucursal de la zona norte contratada para el despacho de los repuestos (se trataba de la rueda de una excavadora) y vieron que ambos sospechosos retiraron una encomienda pesada, que pusieron en un coche. 

Los siguieron y Gendarmería Nacional los interceptó en la autopsia Panamericana, a la altura del peaje de Pilar. Incautaron la rueda, que escondía casi ocho kilos de cocaína, y también el celular de Verón Cardozo. El mismo tenía un GPS en donde Verón Aguinagalde controlaba los movimientos

Al ver que perdió el contacto con sus parientes, se comunicó con su hijo, Fredy, y le pidió que ocultara la droga que había en un domicilio de Pilar. Sin embargo, el mismo fue allanado y se encontraron 17,5 kilos de marihuana, ya acondicionada para su comercialización.

“Todo eso permitió establecer que Verón Aguinagalde impartía las instrucciones desde el interior de la unidad carcelaria número 2 de Gualeguaychú. Desde su celda realizaba gestiones para materializar maniobras de narcotráfico. Les daba órdenes a los miembros de una banda que estaba siendo investigada”, aseveró un vocero, quien añadió que “todo esto vislumbró lo estéril que resultó el encierro en las condiciones en las que estaba”.