Romero dijo que está “vivo de milagro” luego de que le impactara un tiro durante los disturbios generados por la barra de Huracán Las Heras
Tras la locura que se vivió el domingo en un partido de fútbol en donde el entrenador Mauricio Romero recibió un balazo, varias instituciones de nuestro país se solidarizaron con el club, el plantel y el cuerpo técnico de Ferro de General Pico, a la vez que se investiga lo sucedido para, luego, aplicar penas ejemplificadoras.
Romero, el DT que recibió el tiro, contó en primera persona la pesadilla por la que tuvo que pasar. Desde el hospital relató ante TN que “de milagro la estoy contando. El impacto me tiró al piso e inmediatamente me toqué y me palpé para ver si la bala se me había metido en el cuerpo”.
El mandamás de Ferro, atacado por la barra brava de su rival de turno, Huracán Las Heras de Mendoza, terminó con un impacto en el brazo que lo hizo desplomar en el pasto, teniendo que ser luego trasladado a un centro de salud donde se constató que su vida no corría peligro.
De acuerdo a la información oficial, todo tuvo lugar cuando estaba por culminar el encuentro en que el local le ganaba 3 a 1 a Ferro. El árbitro Pablo Núñez debió detener el juego luego de que se vieran corridas en la tribuna popular, mientras que pocos después empezaron a escucharse disparos.
A la vez que uno de los proyectiles dio en Romero, el resto de los protagonistas del match corrieron hacia la zona de los vestuarios, para buscar resguardo. Fue allí que el asistente técnico logró asistir a su compañero y trasladarlo fuera de la zona de peligro, para que lo asistieran.
“Se escuchaban los balazos. Una bala me llegó y tuve la fortuna de que me agarró con el brazo abierto y me pasó por la axila. Si me agarraba de otra manera podría haber sido un desastre. Lo primero que se me cruzó por la cabeza fue mi familia y mis tres hijos, fue un momento aterrador”, agregó Romero. También mencionó que “escuchamos disparos, en principio fue confuso, uno imagina que era pirotecnia pero cuando vimos corridas en las tribunas del local entendimos que era grave. Había barras entrando al campo de juego, el árbitro paró el partido. Más disparos, se escucharon muchas detonaciones, no nos dio tiempo a correr, sentíamos el zumbido de las balas, en el banco nuestro había dos impactos de bala. Fue aterrador”.
Luego de los incidentes, varios clubes argentinos se solidarizaron con el plantel y el cuerpo técnico de Ferro de General Pico. En un comunicado, la institución agradeció las muestras de apoyo y llevó tranquilidad a todos sus hinchas que el DT Mauricio Romero y toda la delegación “están fuera de peligro”.
“Hemos sido parte de una barbarie difícil de entender y de explicar, la cual marcará la carrera deportiva e institucional del plantel profesional y de nuestro club”, prosiguió el comunicado, en el que se solicitó que “de una vez por todas, los dirigentes de nuestro fútbol deben tomar medidas ejemplificadoras que nos permitan seguir creyendo en este deporte”.
Se añadió que “la sanción excede lo deportivo, requiriendo una decisión política que castigue con severidad los inusitados acontecimientos”, y consideró que “hoy más que nunca aquellos que dirigen los destinos del fútbol deben marcarnos el camino con acciones para que nunca más vivamos una acción similar. Evitemos una tragedia, esta fue una nueva advertencia. La vida no se negocia, menos aún, practicando un deporte”.