Masiva marcha reclamó por el aborto legal, el fin de la violencia machista y la desigualdad. La consigna fue “libres, vivas y desendeudas nos queremos: aborto legal, ya”. En 2020, hay mas femicidios que días.

“La deuda es con nosotras, no con el FMI, ni la Iglesia” rezaba una bandera apostada a metros del Congreso Nacional. 300.000 mujeres se autoconvocaron para señalar el problema mientras sociedad mira al dedo. Vomitar sobre el orden social. Cambiar el estado de las cosas. Ampliar el imaginario político. Discutir el anti-punitivismo. Legalizar el aborto, seguro y gratuito. Cuestionar todo para lograr una posibilidad y perforar los parpados del Estado para que griten con ellas: Ni una menos, fueron varias de las consignas en una jornada en donde la rabia marcha al lado de la lágrima.

300 mil mujeres solo en el Congreso. 20 mil en La Plata. 30 mil en Rosario y cientos en todas las plazas del pais. Bajo un diluvio, Las gargantas raspan sobre las repeticiones: 63 femicidios en 60 dias. Según relevamiento nacional del observatorio de violencias de genero “Ahora si que nos ven”, 2 de cada 10 mujeres asesinadas habían denunciado a su futuro femicida. 1 mujer asesinada cada 23 horas. El 66% de los femicidios fueron cometidos por las parejas o ex parejas de las víctimas. 88 hijos perdieron a sus madres como consecuencia de la violencia machista. Todas viven en la nuca de de un Estado que no puede combatir lo que no puede frenar.

La tierra traga.
El 911 traga.
La comisaria traga.
El zapping traga.
El rastrillaje traga.

El 3 de junio se cumpliran 5 años desde que la bronca por los femicidios mutara en una movilización callejera en la que las historias individuales fueron asumidas como tragedias colectivas. Una cacería de cuerpos desobedientes. 69 femicidios en 60 dias.

″Ya estoy podrida de denunciarlo en la policía y que nadie haga nada, ni la policía ni el juzgado ni nadie”, se escucha en el mensaje de Whattsap que Fatima le manda a su mejor amiga. La encontraron en un pozo de 18 metros de profundidad. Dije Fatima pero también quise escribir Zoe, que venia de jugar al hockey y fue asesinada por 4 tipos que se bajaron de un Clio blanco en Esteban Echeverria, mientras pensaba en Denise, asesinada de varias puñaladas por su expareja mientras trabajaba. El asesino rompió un alambrado para ingresar al predio, violo la perimetral, se escondió en una zona de contenedores y la ataco mientras ella pasaba con 2 amigas.

La generación de un sujeto político genera una disputa de apropiaciones tanto en la representación como en los significados. Sin embargo, las gargantas que marchan por el derecho a la vida ya perfilan desde lo auto-convocado sin ser atravesadas por organizaciones partidarias con panfletos de comunicación estratégica. Lo auto-convocado es político pero no siempre conlleva premeditación. Hay una narración que no necesita de otro tipo de violencia para ser legitimada, un rio sin password, legible para todas.

Las movilizaciones también implicaron cese de actividades y tareas corriendo el eje que las piensa como víctimas reclamantes para situarlas como productoras de valor. Un paro que interpretaron las trabajadoras formales, informales, de la economía popular, amas de casa y campesinas.

El Instituto de Políticas de Género Wanda Taddei documenta que solo en la provincia de Buenos Aires se hacen cerca de 420 denuncias todos los días. Según, Julio Torrada, su director, en las comisarías o en las fiscalías se hace lo posible para eludir la denuncia de la víctima, se las maltrata y así se las vuelve a victimizar. Esta vez por las Instituciones del Estado, que deberían velar por su protección.

Ningún gobierno supo compensar la falta ni responder la demanda.
No hay respuesta penal.
No hay conciencia institucional.
Las camaritas de los municipios graban choques y test de alcoholemia pero nunca captan la escena de un femicidio.
Los Medios de Comunicación solo interpretan la acción de caer y trabajan más afiliados con lo macabro que con la desesperación de la búsqueda.
El 144 llega tarde y es más gratuito para los que matan que para las que llaman.

No hay prevención.
No hay operadores judiciales calificados.
No hay restricciones para violadores y hay oportunidades para reincidentes.
No hay contención ni registro que frene a una conciencia dispuesta a matar.
Solo hay desborde
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