Argentina venció a México con goles de Messi y Enzo Fernández y mantiene sus chances de clasificación a la espera del último partido del grupo C ante Polonia
Cuatro días pasaron del debut de Argentina en la Copa del Mundo Quatar 2022. Cuatro días de sufrimiento, de análisis, de búsqueda de explicaciones. Cuatro días en los que los argentinos intentamos cambiar la desazón por la esperanza. Porque la derrota 2 a 1 frente a Arabia Saudita cambió todo, y lo que era una euforia triunfalista se volvió preocupación. ¿Puede un resultado cambiarlo todo? Por supuesto que si.
El propio Scaloni lo entendió así, y metió cinco cambios en el equipo titular para enfrentar a México. Tres en defensa y dos en el medio. Casi toda la defensa, que sin duda no lo dejó conforme. Solamente mantuvo a Otamendi, pero corriéndolo a la posición de primer marcador central para que Lisandro Martínez entre de segundo por el Cuti Romero, que a mi entender no había jugado mal el primer tiempo pero falló en el primer gol saudí y pagó los platos rotos,
Los otros dos cambios en la última línea fueron los marcadores laterales, Montiel por Molina y Acuña por Tagliafico. ¿Las razones? Solo Scaloni y su cuerpo técnico las saben, pero simplemente los deben haber visto mejor.
En el mediocampo no gustó el rendimiento de Paredes y se decidió reemplazarlo por su alternativa natural Guido Rodríguez. Y si bien en el primer partido se había optado por empezar con Papu Gómez en la izquierda, como una apuesta más ofensiva, ante México el titular se decidió que fuera Alexis Mac Allister, un jugador que le da más marca y equilibrio a la zona de gestación.
México mostró en su primer partido (empate ante Polonia 0 a 0) que es un equipo muy rápido por los costados y que le gusta presionar alto, pero con algunos desajustes defensivos que lo hacen vulnerable. Un rival de mucho cuidado con un técnico como el argentino Gerardo “Tata” Martino que conoce al rival mucho.
Y en los primeros minutos, Argentina se vio atado, sin poder superar la presión de México en el medio y sin tener fluidez en el juego. Se perdieron pelotas en el control, algo extraño en esta selección. Y Messi se retrasaba demasiado para tomar contacto con la pelota porque el equipo no avanzaba en bloque. Ninguno de los dos equipos generaba peligro, pero al argentino se lo notaba incómodo, a pesar de tener más la pelota.
Así fue transcurriendo el primer tiempo. Argentina intentó algunas variantes, como el paso de Di María de la derecha a la izquierda que desorientó por momentos a la defensa mexicana. Pero salvo un cabezazo de Lautaro Martínez que se fue desviado tras un tiro de esquina, seguía sin haber situaciones de gol. México, por su parte, empezó a hacer todo lento, como si le gustara el empate ya desde temprano.
La segunda etapa comenzó con Argentina más adelantada y México esperando más cerca de su área. El equipo de Scaloni intentó imprimirle más ritmo al partido. Antes de los 15´se produjo la primera variante con el ingreso de Enzo Fernández por Guido Rodríguez, buscando tener ese primer pase en el medio que estaba faltando.
Argentina estaba mejor. Scaloni metió dos cambios más. Salió Lautaro Martínez e ingresó Julián Álvarez (9 x9) y también Montiel para que entre Molina (lateral por lateral). Había más fluidez, hasta que a los 19 minutos, Di María recibió por la derecha y, cuando parecía que iba a encarar, le dio un pase a Messi un par de metros detrás de la medialuna. El 10, extrañamente solo por primera vez en el partido, sacó desde ahí un zurdazo rasante que se metió junto al palo izquierdo de Ochoa. ¡Gol de Argentina para que estalle el país entero en un grito de desahogo!
Inmediatamente Scaloni decidió recomponer el equipo y dispuso los cambios de Palacios por Alexis Mac Allister y del Cuti Romero por Ángel Di María. Molina se adelantó, Palacios y Enzo Fernández se adueñaron de la pelota aguantando el aluvión mexicano. Y Messi se fue agrandando. Había quienes decían que no estaba al 100 %. Sin embargo en esos minutos, se lo vio pleno, pidiéndo la pelota y haciéndose cargo de los ataques.
Argentina, sin replegarse, le cedió terreno a México para jugar de contrataque, y sin sufrir demasiado, tuvo tambien oportunidades. Un tiro elevado de Molina, una buena jugada de Messi que se fue por muy poco por la línea de fondo. Hasta que, faltando cinco minutos, un tiro de esquina desde la izquierda es jugado corto y Messi encuentra a Enzo Fernández, el jugador que se puede decir que cambió a Argentina, para que clave un derechazo alto bien lejos de la estirada de Ochoa para decretar el 2 a 0.
Y se acabó la angustia. Ganó Argentina y se metió nuevamente en carrera. Ahora espera otra final ante Polonia. Pero Argentina demostró que está viva.