
La escritora Beatriz Sarlo contó que cuando era joven decidió abortar en más de una ocasión y que siempre que lo hizo “fue un alivio”. “No fue solo una vez, creo que fueron tres veces. Era una época en la que los anticonceptivos, las famosas pastillitas o diafragma, a veces no se conseguían”.
“Solo estaban en una farmacia de la calle Florida, que estaba a la vuelta de la Facultad de Filosofía y Letras, pero a veces no se conseguían y podía pasar que alguien que no deseaba en absoluto un embarazo lo obtuviera”, explicó.
Durante una entrevista en el programa Animales Sueltos, Sarlo le contó a su conductor Luis Novaresio cómo fue su participación en la campaña “Yo aborté”. “Tengo una visión completamente laica sobre la cuestión del aborto, o sea que no me costó nada. Lo que dije es que realmente fue un alivio en cada una de las situaciones que pasé y no me costó nada decirlo”, explicó Sarlo.
Al respecto, la escritora contó que “a los 17 años ya sabía que no quería tener hijos” y “ya lo declaraba” abiertamente, porque “no entraba dentro de su horizonte”. “No me sentía con una vocación maternal y por otra parte veía a mi alrededor… Era otra época, estamos hablando de la década del 60…”, detalló.
“Cuando tener un hijo a una mujer le planteaba problemas que hoy no podemos soñar: dejaba tres años la facultad, se atrasaba cuatro años respecto de cómo venía siendo. De hecho, en mi generación les costó mucho y supongo que habrán tenido grandes satisfacciones después, pero en esa época era realmente complicado”, manifestó.
Sarlo reveló que “sin dudas” tuvo “una relación muy problemática” con su familia por su decisión de no querer ser madre. “Yo rompí muy temprano y a los 17 años ya estaba sola en el mundo, ganándome la vida como podía y viviendo como podía. Entonces, esa presión que las familias ejercían sobre las mujeres no tuvo lugar para ejercerse sobre mí”, recordó.
Sobre la sesión en la Cámara de Diputados, en la que se trataba el proyecto para legalizar la interrupción voluntaria del embarazo, la escritora analizó que, de los discursos que pudo escuchar, “hubo dos de Cambiemos y dos del Frente de Todos que fueron muy buenos” y que, si bien esos cuatro fueron a favor de la iniciativa, “también hubo buenos discursos en contra”, por lo que consideró que “fue un muy buen debate”.
Por último, se refirió al lenguaje inclusivo: “Creo que cada uno tiene que hablar como quiere. Y la lengua hace lo que quiere, porque la lengua es una superestructura poderosísima que no responde a los deseos de los sujetos y mucho menos a sus ideologías explícitas momentáneas”, explicó.
“La palabra ‘gaucho’ quería decir vago y malentretenido. Eso quiso decir todo el siglo XIX hasta comienzos del XX. Cuando llegaron los inmigrantes italianos y gallegos, los gauchos pasaron a ser la esencia de la nación. Y la palabra pasó a ser no vago y malentretenido, sino una persona que te hace favores”, explicó Sarlo como ejemplo.