Rolls-Royce dio a conocer el auto 0 kilómetro más caro del mundo. Se trata de un modelo del que sólo se fabricarán tres unidades y tiene lujo por donde se lo mire.
Rolls-Royce siempre intenta salirse del molde y sabe que dentro de sus compradores hay pedidos completamente fuera de lo común. Obviamente esos caprichos tiene un valor sumado al que de por sí cuesta un vehículo de la firma. Luego de un pedido de tres clientes nació el Boat Tail, un descapotable que cuenta con el mayor lujo posible y que tiene un valor de 23 millones de euros, lo cual lo convierte en el auto más costoso del mundo.
Está fabricado tomando como base al Rolls-Royce Phantom Drophead Coupé y le sirve a la firma para mostrar también el nuevo modelo de negocio que tiene, el cual se basa en la fabricación de autos únicos y a medida. Los denominados one-off. Aunque en este caso, el Boat Tail sea un “three-off”. Y es que no solamente harán coches únicos, en Rolls-Royce también están dispuestos a fabricar mini series limitadas.
Está claro que este nuevo servicio se dirige a los clientes más adinerados y fan de Rolls-Royce, que están dispuestos a pagar una gran suma no sólo por poseer un coche ultra exclusividad, sino sobre todo por formar parte del proceso creativo y de desarrollo del coche de sus sueños. Es una manera de dejar su huella personal en la historia del auto.
En este caso, a los tres clientes les apetecía algo poco habitual, crear una unidad descapotable con una parte trasera que imita la popa de un yate, y que ofrece espacio para elementos esenciales como el champán y su mejor vajilla.
Al final, la factura total convierte al Boat Tail en el auto 0 kilómetro más caro del mundo. Y es que 23 millones de euros es el doble de lo que costó en su día el Rolls-Royce Sweptail, un one-off, y el doble de lo que se habría pagado por el Bugatti La Voiture Noire.
Cada uno de estos tres Rolls-Royce de 5,8 metros de largo lleva el tema náutico mucho más allá de la forma de la zaga. Rolls-Royce utilizó madera con una veta lineal e incrustaciones de acero inoxidable cepillado para imitar la cubierta de un yate, mientras que la capota, con su parte trasera con arcos, recuerda a la capota de algunos barcos de recreo.
Si a esto le añadimos la tapicería con los cueros más caros del mundo, los detalles pintados a mano y, cómo no, uno relojes Bovet 1822 a juego terminamos con el auto más exclusivo del mundo.