Un equipo de la Universidad Estatal de Pensilvania encontró una manera más sencilla de elaborar la fibra de carbono, lo cual permitiría abaratar los costos de los autos que hoy lo utilizan en su confección.

Hace ya un tiempo que la fibra de carbono llegó al mundo automotriz. Es un material muy interesante para los vehículos de grandes prestaciones, ya que permite que el peso disminuya considerablemente sin comprometer la resistencia. Sin embargo, tiene un problema: el costo. Es un producto que necesita de mucho trabajo para fabricar las hebras de carbono y trenzarlas. Sin embargo, en Estados Unidos encontraron una alternativa para achicar los procesos de fabricación, lo cual permitirá que el precio baje.

Los encargados de encontrar una forma más sencilla y más barata para la creación de la fibra de carbono fue un equipo de la Universidad Estatal de Pensilvania, ecabezado por Adri van Duin. De esta manera, este aclamado material, con todos sus beneficios, podrá llegar a una cantidad más importante de público y a otro tipo de vehículos.

Para la creación de las hebras que componen la fibra de carbono se hace necesario un compuesto polimérico denominado poliacrilonitrilo, causante en gran parte del elevado sobreprecio. Es aquí donde entra en juego el protagonista de esta mejora, el famoso grafeno. Éste consiste en una finísima lámina de carbono (tan fina que tiene el grosor de un átomo) y que presenta multitud de aplicaciones potenciales muy interesantes. Además, es bastante sencillo de obtener.

El equipo investigador, mediante experimentos y simulaciones por computadora, consiguieron agregar una pequeña cantidad de grafeno (un 0,075%) a la receta de la fibra de carbono. Los resultados son más que satisfactorios, ya que éste exhibe una mejora del 225% en la resistencia y de 184% en su módulo de Young, un parámetro que relaciona la deformación con la tensión a la que está sometido un material.

“A pesar de que la fibra de carbono tiene muy buenas propiedades, hace que un coche sea mucho más caro mediante el método de fabricación vigente a día de hoy. En cambio, lograr las mismas propiedades a través de un método más sencillo permitirá producir automóviles significativamente más ligeros, baratos y seguros”, indicó van Duin.

El equipo de investigación calcula que, de llevar estas pruebas a buen puerto, el precio de la fibra de carbono podría reducirse a una tercera parte del actual. Es difícil dar un valor por kilo exacto a ese precio actual, pues depende en gran medida de la calidad y del propio fabricante. No obstante y según los expertos, para que fuese viable su comercialización en masa, su precio debería de ser menor a los 10 euros por kilo. Veremos con el tiempo si el equipo estadounidense lo logra.