La velocidad en el crecimiento de los contagios diarios pone al límite a las terapias intensivas en esta segunda ola de la pandemia de coronavirus, y crece la preocupación en el sector sanitario.

La situacion en sanatorios y clínicas de la Ciudad por el crecimiento de casos de Covid-19 atraviesa un estado de alerta y alarma, con un 95% de ocupación de camas. El panorama es muy preocupante: en los pasillos de algunas entidades murmuran que el sistema de salud podría estar en riesgo si la curva de contagios continúa ascendiendo de forma exponencial, y ruegan por el cumplimiento de las medidas de cuidado.

“El sistema sanitario está en riesgo. La situación es crítica y el ritmo de crecimiento de casos amenaza con desbordarla. Como todo, tiene límites. El más importante es el personal calificado”, explicó Gabriel Barbagallo, gerente de relaciones institucionales de OSDE. “Podemos tener respiradores para cubrir 80 camas, pero no personal suficiente. Hacen falta enfermeros y kinesiólogos, por ejemplo”, señaló Célica Irrazabal, jefa de la división terapia intensiva del Hospital de Clínicas.

clinicas y sanatorios saturados

La diferencia con el año pasado es que ya varias instituciones denuncian que faltan recursos económicos y humanos, y que están teniendo problemas con la disposición de ciertas drogas.  Según el último reporte emitido por el Ministerio de Salud Nacional, un porcentaje del 64,9% de camas se encuentran ocupadas en el país, y un 75% en AMBA. En la Ciudad de Buenos Aires se está trabajando al 100% en la mayor parte de las terapias, según denuncia Arnaldo Dubin, jefe de terapia intensiva del Sanatorio Otamendi“El escenario es dramático. Estamos haciendo malabarismos. El sistema se satura porque los casos crecen con una velocidad incontrolable”, subraya.

En la Clínica Bazterrica, los familiares aguardan en el hall, otros consultan y piden información en administración y el guardia, atentos al cumplimiento del protocolo. “Programamos en función del ingreso diario de pacientes para poder brindarles un destino no improvisado. Detectamos a aquellos que potencialmente requieran terapia y a los que estén en condiciones de salir de la unidad de cuidados intensivos. Hemos transformado el área de terapia con cuidados progresivos basados en el aislamiento de los internados para que no se puedan contagiar entre sí. Solemos tener entre 2 y 3 ingresos diarios a terapia y entre 2 y 3 altas por día”, explicó la doctora Irrazabal.

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Ante la congestión del sistema, algunas de las medidas que se tomaron para evitar el colapso sanitario son: desprogramar cirugías que puedan ser postergables; complejizar y convertir camas comunes en críticas; y medicalizar camas de hoteles para atender a pacientes de baja complejidad. “También hemos reforzado todos los canales de acceso y la capacidad de atención se ha incrementado, de manera esforzada y trabajosa, pero la velocidad actual de contagios hace invisibles esos avances”, sostiene Barbagallo.

La prepaga OSDE aumentó la dotación de camas al máximo de la oferta, sumando cientos de unidades que no figuraban en las cartillas. Desde las clínicas coinciden en que no hay desatención de otras patologías sino saturación de la ocupación de camas, y que, por todos los medios, se busca que los pacientes se encuentren en un ámbito sanitario y controlado.

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“No hay camas, pero tengo dos pacientes críticos en terapia que pueden ser derivados si hubiera una emergencia. Si llegara el momento de quedarnos sin lugar, tenemos recursos extraordinarios para que los pacientes puedan recibir lo que necesiten. Por ejemplo: diferentes dispositivos de ventilación mecánica, apertura de quirófanos, trasladar respiradores a una habitación de sala común, incluso pediatras dispuestos a recibir a jóvenes que debieran ser internados”, añadió Irrazabal.