A nivel nacional, la ocupación es del 74% de camas por todas las patologías, incluyendo sector público y privado, el valor más alto de toda la pandemia. Advierten el perfil de los enfermos graves, jóvenes y embarazadas.
El gobierno de la provincia de Buenos Aires está muy preocupado por el aumento en la ocupación de camas de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Distritos muy grandes como Marcos Paz, llegaron, en la última semana al 100% de su capacidad. Lo mismo ocurrió en municipios que no forman parte del AMBA. Son los casos de Carlos Casares, Carlos Tejedor, Chascomús, Rauch y San Andrés de Giles. Las internaciones por casos de COVID-19 treparon al 67%, entre las que se destacan ahora la presencia de jóvenes y embarazadas.
La debilidad en el sistema de salud del primer y segundo cordón del conurbano bonaerense y el interior de la provincia es seguido minuto a minuto por el equipo del ministro Daniel Gollan quien, junto al viceministro Nicolás Kreplak, mantienen informado al gobernador Axel Kicillof. En esos dos anillos del conurbano, que también forman parte del AMBA, se concentra la mayor cantidad de infectados por las cepas del nuevo coronavirus.
A nivel nacional los datos también son alarmantes. El 74% de camas están ocupadas por todas las patologías, incluyendo sector público y privado, el registro más alto de toda la pandemia. El pico anterior había sido de 64,80% de ocupación, el 15 de septiembre pasado, durante la “primera ola”. El promedio de nuevos casos diarios aumentó 19% en la provincia de Buenos Aires. Un 10% en la Ciudad de Buenos Aires y un 33% en el resto del país.
El primer cordón bonaerense está formado por las comunas de Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora, Hurlingham, La Matanza (Este), Morón, Tres de Febrero, San Martín, Vicente López, San Isidro e Ituzaingó. Como se puede observar en los cuadros, la evolución de los casos de internaciones en las camas UTI, entre el 14 y el 20 de mayo (la última elevada al gobernador) se fue incrementando con el paso de los días.
Algo similar sucedió en el municipio de Martín Insaurralde (PJ). En tan solo 48 horas, del 18 al 20 de mayo, pasó de una ocupación en las unidades de UCI del 58,5% al 71,5. En la comuna de Gustavo Posse (UCR) las internaciones graves por COVID-19 tuvo un salto más brusco aún: en esos mismos días se elevaron del 52,4% al 73,2%. Estas variaciones tienen una explicación sanitaria. Cuando un hospital de proximidad se satura e ingresan pacientes que necesitan cuidados intensivos, se gestionan los traslados a través la Unidad de Gestión Centralizada de Camas y Derivaciones (UGCC), que depende del Ministerio de Salud bonaerense.
Junto al primer anillo del conurbano, el segundo cordón también es monitoreado día a día con atención desde la cartera de Gollan. Sus distritos, con alguna salvedad, tienen, a diferencia del tercer cordón, una capacidad sanitaria más debilitada. Y si bien se reforzaron las camas de terapia, la segunda ola es de tal impacto, que resultan insuficientes. Está formado por las comunas donde la pobreza y la indigencia también pegan con fuerza y desde el comienzo de la pandemia y por eso se reforzaron la entrega de bolsones de alimentos y viandas de comida caliente.
Lo integran Quilmes, Berazategui, Florencio Varela, Esteban Echeverría, Ezeiza, Moreno, Merlo, Malvinas Argentinas, Hurlingham, Ituzaingó, Tigre, San Fernando, José C. Paz, San Miguel, La Matanza (Oeste) y Almirante Brown. Allí viven 6.344.693 personas, el área más poblada si se la compara con los 4.919.411 habitantes del primer cordón y los 2.366.265 del tercero.
En la provincia de Buenos Aires, según datos del Ministerio de Salud, existe una base de 4.840 camas de terapia intensiva, sumando las del efector público como privado. En los distritos que forman parte del Área Metropolitana Buenos Aires, se concentra la mayor cantidad, 3.455. Las otras 1.304, están distribuidas en el resto del territorio bonaerense. El 67% de ellas están ocupadas con pacientes COVID-19. El otro 33% corresponden a otras patologías. En promedio, siempre según los datos oficiales, en el AMBA están ocupadas el 79% de las plazas del subsector público y el 69% del privado.
La internación de pacientes graves ocurre a tal velocidad que cinco directoras de hospitales provinciales de La Plata explicaron las razones y advirtieron a la población de la importancia de tomar medidas de cuidado personal. “En últimas 48 horas se incrementó en un 50% la cantidad de personas que requirieron hisopados por presentar síntomas de COVID-19 y que el 45% de ellos dieron resultados positivos”.
Saturación en el interior de la provincia: Según el sistema de gestión de camas del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, hay al menos seis municipios con sus camas de terapia intensiva en rojo. Son los distritos de Carlos Casares, Carlos Tejedor, Chascomús, Rauch, San Andrés de Giles y Saladillo. La saturación de las UTI oscila entre el 90 y el 100%.
En la alcaldía de Salto el sistema de salud, que parecía controlado, se complicó de manera abrupta, del 50% que registraba el 14 pasado, pasó al 90% el 20 de mayo. Como otras comunas, Salto también recibió, urgencias de otros municipios de cercanía.
Lo contrario ocurre en distritos como La Costa, donde la capacidad de sus 14 camas de terapia son insuficientes para los casi 70.000 habitantes. Fluctúan entre una ocupación del 90 al 100%. Los enfermos graves deben ser derivados a hospitales públicos o clínicas privadas ubicadas a más de 300 kilómetros de distancia como ocurrió con Lucas Pérez, un comerciante de 44 años que falleció porque no había ni camas de terapia ni una ambulancia de alta complejidad para trasladarlo.
Por estas razones, por este panorama, el gobierno de Kicillof sigue muy de cerca la saturación de camas y la necesidad de restringir, si fuese posible, aún más la circulación ciudadana, es decir profundizar aún más el aislamiento social a la espera de la llegada de las retrasadas vacunas. La ciencia ya demostró que la inmunización masiva es la barrera más efectiva que hoy se conoce contra el SARS-CoV-2. Fuente Infobae.