Romina Libster, investigadora del Conicet, pediatra y especialista en vacunas de la Fundación INFANT explicó cómo es el estudio que se está llevando a cabo acerca del tratamiento con plasma convaleciente para enfermos de coronavirus.

Desde hace varias semanas, el Gobierno nacional está promoviendo la donación de plasma por parte de aquellas personas que hayan estado enfermas de coronavirus y se hayan recuperado. Esto se debe a que el tratamiento con plasma convaleciente demostró ser muy efectivo para tratar a pacientes enfermos de covid-19 que se encuentran graves. En la misma línea, hace algunos días el proyecto de ley de Donación de Plasma, propuesto por Máximo Kirchner (Frente de Todos) se trató en la Cámara de Diputados argentina.

Romina Libster, investigadora del Conicet, pediatra y especialista en vacunas de la Fundación INFANT, forma parte de un equipo que se encuentra realizando un estudio para comprobar si el plasma de pacientes recuperados sirve para mitigar los efectos del virus en los nuevos contagiados. En una entrevista con Infobae, la experta explicó los beneficios del tratamiento.

“Lo que pretende [el estudio] es evaluar si el plasma de convaleciente aplicado a un adulto mayor de alto riesgo muy tempranamente cuando recién comienza sus síntomas y tiene una sintomatología leve, puede bloquear la progresión a una enfermedad más grave“, explicó Romina. “Quiero aclarar que se trata de un estudio de investigación donde está todo protocolizado y con una metodología muy rigurosa para que nos permita generar datos de calidad, y que estos datos puedan ser reproducibles y tomados por cualquier persona que tome decisiones, ya sea acá en Argentina como en cualquier otro país del mundo“, enfatizó.

“Nosotros queremos evaluar si tiene la potencialidad de bloquear la progresión a una enfermedad más grave. Sería una intervención con un impacto tremendo, no sólo en la mortalidad sino también en la demanda del sistema de salud, lo que sería convertir a una enfermedad muy grave en un catarro febril ambulatorio“, señaló esperanzada la investigadora.

Libster explicó que el estudio incluirá a más de 200 personas en varios hospitales públicos y privados de la Ciudad y de la provincia de Buenos Aires. “Es el estudio más ambicioso del cual yo he participado en mi vida. Empezó con un grupo de personas, empezamos entrenando y de repente hoy hay más de 400 personas involucradas”, señaló. Y agregó, movilizada: “en mis años de investigación nunca vi una iniciativa que genere este sentimiento y este espíritu de colaboración por algo que obviamente nos está tocando a todos”.

Libster detalló que los primeros resultados preliminares se esperan para dentro del próximo mes y medio. “El próximo paso será ver si podemos tomar esas defensas y esos anticuerpos que están en el plasma de las personas que tuvieron la enfermedad, se curaron y que están donando para este estudio y para las personas que participan”, explicó, al tiempo que aseguró que eso lo volvería “muchísimo más accesible para toda la población“.

Por último, la investigadora señaló: “Es muy importante que la gente que pueda donar plasma lo haga. No toda persona que tuvo la enfermedad y se curó puede ser donante de plasma. Hay requisitos y criterios. Esto todavía es un contexto de investigación, es muy importante aclararlo. Sabemos que el plasma es seguro, ha servido y ha sido muy eficaz en otras enfermedades como el mal de los rastrojos o la gripe. Lo que no sabemos todavía es si el plasma funciona en el tratamiento del COVID-19 y eso es lo que estamos averiguando”, finalizó.