La vacuna contra el coronavirus desarrollada por Pfizer/BioNTech será aplicada desde hoy en Reino Unido, en donde ya se inoculó a un millón de personas con la primera dosis.
El Reino Unido se encuentra transitando un nuevo aumento de contagios a partir de lo que sería una nueva cepa de coronavirus. Por ello, se convirtió hoy en el primer país en sumar a su plan de inmunización la aplicación de la vacuna de la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca y Pfizer.
Con más de 75.000 muertes, el Reino Unido es uno de los países de Europa más castigados por la enfermedad, al tiempo que cerca de 55.000 personas dieron positivo el sábado pasado -último día del que se tienen datos-, superando el umbral de los 50.000 infectados por sexta jornada consecutiva.
Más de 21.000 personas estaban hospitalizadas con síntomas graves de Covid-19 en Inglaterra la semana pasada, superando los peores niveles registrados en la primera ola de la pandemia en abril.
Brian Pinker, un jubilado británico de 82 años que precisa de diálisis debido a un problema de riñón, recibió hoy en el Hospital Churchill de la Universidad de Oxford la vacuna de AstraZeneca y esa universidad.
Cerca del 80% de la población de Inglaterra se encuentra confinada, y la vuelta a los colegios tras las vacaciones navideñas tuvo que ser cancelada en numerosos lugares, en particular en Londres y el sudeste de Inglaterra. Los alumnos de educación primaria y secundaria no volverán a las aulas hasta dentro de una o dos semanas, según sigan los casos.
La oposición presiona al gobierno conservador de Boris Johnson para que imponga el cierre de las escuelas a nivel nacional: creen que es una buena medida para controlar el avance del coronavirus. La distribución de la vacuna AstraZeneca/Oxford fue más barata y fácil de conservar que la anterior, de la que el país ya encargó 100 millones de dosis.
El servicio público de salud (NHS) informó que ya dispone de 520.000 dosis listas para ser distribuidas. Según los científicos británicos, la vacuna de Pfizer ofrece protección a partir de 22 días después de la primera inyección y durante al menos tres meses.
Por este motivo, y para llegar a una población lo más amplia posible, las autoridades sanitarias inglesas decidieron espaciar considerablemente, hasta 12 semanas en lugar de las tres inicialmente previstas, la administración de las dos dosis necesarias.