Se están terminando las vacunas en el país y el gobierno manda a buscar más dosis de la vacuna Sputnik V

El Gobierno no tiene más vacunas para distribuir en los 24 distritos de la Argentina y forzó una negociación con el Fondo Ruso de Inversión Directa que logró sus resultados. Alberto Fernández trata de evitar que se corte el suministro y ritmo de aplicación en el todo el país y logró que el Fondo Ruso de Inversión Directa enviara un cargamento extraordinario que el viernes llegará a Ezeiza.

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Esta noche despegará desde Ezeiza un vuelo de Aerolíneas rumbo a Moscú para cargar al menos 300.000 dosis de Sputnik V que el viernes llegarán a Buenos Aires. En la Casa Rosada aseguran que esas 300.000 dosis ya están aprobadas por las autoridades sanitarias de la Federación y que son componente 1Pero el número final puede variar: anoche se aseguraba que eran 500.000 dosis, y ahora se afirma que serán al menos 300.000.

Todo depende de Moscú que regula la distribución de Sputnik V con una demanda global que no puede satisfacer. Ese embarque extraordinario de vacunas es una respuesta acotada a la demanda que existe en todo el país, esta llegando el otoño y es muy probable que la segunda ola de la pandemia ejecute su faena entre los grupos de riesgo que aún no fueron inoculados contra el COVID-19.

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Serán 300.000 dosis de Sputnik V que se sumaran a las 3 millones de dosis de Sinopharm que llegarán desde Beijing antes que concluya marzo. Una cantidad escasa frente a las 51 millones de dosis que se necesitan para vacunar a la mayoría de los argentinos en condiciones de sufrir el contagio de COVID-19.

Es probable también, que arribe un cargamento de Oxford-Astrazeneca a comienzos de abril, pero todo dependerá de los niveles de producción mundial y de la capacidad de negociación del Gobierno para acceder a millones de dosis que son requeridas a nivel global.

Las vacunas contra el COVID-19 es un bien escaso, y su adquisición depende de la geopolítica y el poder real de cada estado. Argentina es un país mediano, con escaso peso en el tablero internacional, y a merced de las potencias que pueden tironear con mayor efectividad para acaparar una mercancía que no abunda en la periferia del mundo.

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La Casa Rosada firmó con Sinopharm un contrato flexible por 30 millones de dosis. Y eso implica que la Argentina puede comprar acorde a su necesidad, y no es necesario adquirir la totalidad de las vacunas previstas en el acuerdo comercial. La presión negociadora de Vizzotti y Nicolini logró que el Fondo Ruso de Inversión Directa remitiera esas 300.000 dosis a Buenos Aires.

Es una carga de emergencia que apenas actuará como atenuante frente a una demanda geométrica de los 24 distritos de la Argentina. Abril puede convertirse en un mes complicado: segunda ola de COVID-19 y la escasez de vacunas para frenar una pandemia.