El viceministro de Salud de Rusia, Oleg Grídnev, anunció que el Centro de Investigación Nacional de Epidemiología y Microbiología Gamaléi de Moscú ya comenzó los trámites para obtener la certificación de la vacuna, y que la licencia estará lista el 12 de agosto.

Hace unos días, el titular de la cartera sanitaria rusa, Mijáil Murashko, adelantó que las primeras dosis de la vacuna estarían listas en el mes de octubre, y que los primeros en recibirla serán los pertenecientes a los grupos de riesgo.

 Actualmente se están verificando todos los documentos, incluidos los datos de los ensayos clínicos de la vacuna, que finalizaron el mes pasado”, precisó el gobierno ruso en un comunicado. En tanto, Tatiana Gólikova, viceprimera ministra de Rusia, aseguró que la producción a gran escala comenzará en septiembre.

Los niños no serán vacunados en la primera etapa. Habrá que esperar a que el medicamento haya completado un ciclo íntegro de pruebas en adultos”, aclaró Alexánder Gintsburg, director del Centro de Investigación Nacional de Epidemiología y Microbiología Gamaléi de Moscú (NITsEM), a la agencia RIA-Nóvosti.

Por su parte, el experto estadounidense en enfermedades infecciosas, Anthony Fauci, sostuvo hace unas semanas que es poco probable que su país utilice una vacuna desarrollada por Rusia o China debido a que, según él, los sistemas reguladores son más opacos que en Occidente. “Las afirmaciones de que tienen una vacuna lista para distribuir antes de hacer las pruebas son, cuanto menos, problemáticas”, explicó.

El proceso de las vacunas restantes

La Organización Mundial de la Salud (OMS) registra hasta el momento 165 candidatas a vacuna: unas 140 todavía están en la etapa preclínica, incluidas dos de Brasil y una de Argentina, y casi 30 avanzaron a las pruebas en humanos.

De estas últimas, seis entraron en el tramo final (fase 3), en el que se evalúa la seguridad y la eficacia con decenas de miles de voluntarios antes de las aprobaciones regulatorias y la distribución.

Sin embargo, entre ellas no se incluye la anunciada por Rusia, que se encuentra en la última fase de pruebas y podría ser inoculada a una parte de su población desde octubre, asunto sobre el cual la OMS se ha mostrado cauta por el momento.