Argentina superó a Australia en un partido difícil, con goles de Messi y Julián Álvarez
La previa del partido por octavos de final de la Copa del Mundo Quatar 2022 fue más relajada para el simpatizante argentino. Un poco por las buenas sensaciones que dejó el equipo en el último encuentro del grupo D ante Polonia que lo clasificó a esta instancia. Otro poco porque el rival no era ni Francia ni Dinamarca, como se preveía, sino la sorprendente Australia, en los papeles sin tanto nivel futbolístico como los dos equipos europeos.
Las características del equipo de Oceanía tenían ciertas similitudes respecto de Polonia, porque se siente igual de cómodo que el equipo de Lewandovsky replegándose, dándole la posesión de la pelota al rival y saliendo de contrataque. Eso sí, con algunas diferencias, como por ejemplo ser más agresivo (y por momentos violento) en la disputa de la pelota, y más rápido e imaginativo al momento de pasar al ataque.
A pesar de que Scaloni en conferencia de prensa no solo había expresado su respeto, sino que había destacado sus virtudes y las dificultades con que se iba a enfrentar el Seleccionado Nacional, en la gente y la prensa se vivió un clima previo muy optimista, que hizo acordar a los días inmediatamente anteriores al partido ante Arabia Saudita. Y eso, al cuerpo técnico argentino, le quitaba el sueño, ya que no quería tropezar dos veces con la misma piedra.
Si bien Scaloni no es de repetir el equipo, debido al análisis que hace del rival y de cómo puede aprovechar las distintas características de sus jugadores, fue tan bueno el rendimiento del once titular ante los polacos que, frente a sistemas parecidos de juego de sus dos rivales, de haber sido por él parece que habrían jugado los mismos.
Sin embargo, Ángel Di María, uno de los jugadores más desequilibrantes de Argentina, salió reemplazado ante Polonia por una sobrecarga muscular y se decidió que, al no estar al 100%, no fuera de la partida desde el inicio. La pregunta en estos dos últimos días giró en torno a quien podía ser su reemplazante, y el técnico se decidió por Alejandro “Papu” Gómez.
Como era de esperar, el partido comenzó con Argentina teniendo la pelota y Australia algo replegado. Pero, a diferencia del equipo polaco, presionando más intensamente en tres cuartos de cancha y con más fiereza. El equipo de Scaloni intentó ser paciente, moviendo la pelota a lo ancho, pero sin cambiar el ritmo y pareciéndose más a lo hecho en el primer tiempo ante México que en el partido ante los polacos. Le faltaba más velocidad y precisión para generar peligro.
Australia fue adormeciendo el partido, sin darle espacios al equipo argentino. Promediando la etapa, el partido era aburrido y sin juego en las áreas. A los 23´se dio el primer tiro de esquina a favor de Australia, que un poco asustaba con la altura de algunos de sus jugadores, pero la jugada no tuvo trascendencia. El partido se hizo muy disputado y difícil. Más como lo esperaba Scaloni que como lo hacía la prensa y la gente.
Y en medio de la somnolencia, cuando no pasaba nada, a los 34´apareció Messi y con un tiro bajo, no muy potente a colocar, que pasó entre varias piernas y terminó al lado del palo derecho del arquero Ryan haciendo inútil su estirada, puso el 1 a 0 para Argentina.. Era el segundo remate al arco del equipo de Scaloni, y se puso en ganancia.
En el comienzo de la segunda etapa, se esperaba que Australia saliera a buscar el empate y Argentina tuviera más espacios. Scaloni sacó a Gómez para poner a Lisandro Martínez y armar línea de tres defensores. Pero Australia seguía esperando el error argentino, sin intentar provocarlo, simplemente estando al acecho. Y a los 12 minutos, el error fue australiano. De Paul y Álvarez presionaron al arquero Ryan que se complicó y la pelota le quedó al ex River que con un giro convirtió el 2 a 0.
Argentina siguió dominando ante un rival al que se le quemaron los papeles y empezó a sufrir la confianza creciente de los jugadores argentinos. Messi hizo una jugada arrancando desde mitad de cancha y con lo justo le taparon el remate final. Ingresaron Lautaro por Julián Álvarez y Tagliafico por Acuña.
Sin embargo a los 36 minutos, un remate de Goodwin que se iba a cualquier lado se desvió en Enzo Fernández y descolocó al Dibu Martínez marcando el descuento para Australia. El partido se le complicó a Argentina porque el equipo oceánico se fue con ímpetu a buscar la victoria. Y el equipo de Scaloni tuvo momentos de incertidumbre porque dejó de presionar como lo había hecho hasta ese momento.
Y fue un final con sufrimiento. Porque si bien Argentina se perdió tres o cuatro oportunidades de ampliar la ventaja (Lautaro Martínez tuvo jugadas mano a mano que en otro momento hubieran sido gol), en la última jugada del partido, el “Dibu” Martínez se quedó con la pelota que podía haber significado el empate australiano.
Tuvo razón Scaloni. Argentina, si bien fue superior y mereció ganar por más, se llevó un partido difícil. No fue un trámite como muchos pensaban. Australia no tenía tanto que perder porque al llegar a octavos ya había hecho historia. Siempre el peso lo tiene Argentina. Y ahora lo espera Paises Bajos en cuartos de final