Cuando la grandeza futbolística de un jugador supera por lejos el presente de una institución deportiva histórica en España y en el mundo, algo no funcionó. ¡Algo está mal! Por eso, a las pocas horas de que Lionel Messi comunicara que tiene pensado irse del club que fue su cuna, su casa y donde deslumbró al planeta futbolero, ardió Troya.

Por eso, los hinchas y socios desencajados del Barcelona se amontonaron en multitud y destrozaron a manera de mensaje las instalaciones del club catalán que se convirtió en la víctima de ese mismo “niño mimado” que tantos títulos le aquilató con sus respectivas vueltas olímpicas que tuvieron a ese mágico número 10, de más de 500 goles, como amo y señor de todas esas proezas.

No es casualidad que los últimos años, Barcelona haya cambiado a tantos entrenadores que siempre debieron construir sus planteles alrededor de ese jugador, cuya camiseta azulgrana es la más vendida del mundo, sin ninguna duda.

Aquel 8 a 2 lapidario con que el alemán Bayern Munich aplastó y eliminó a Barcelona de la Champions Leage deja en llaga viva el mal momento que últimamente viene remontando Messi que ve de qué manera se alejan sus amigos y compañeros del equipo, que sigue teniéndolo como la gran cabeza de un club que lo endiosó y que hoy recibe un nuevo baldazo de agua fría cuando Lionel expresa que no seguirá en el equipo.

Entonces apareció la comunicación del entrenador Pet Guardiola, ex entrenador y consejero de Lionel en aquel glorioso Barcelona que ganó todo para tentarlo a ir al Manchester City, donde milita su amigo Sergio “Kun” Agüero. Una bomba.

También se asegura que el Internazionale cuyos son dueños son chinos y tienen los goles del argentino Lautaro Martínez le ofrecen una fortuna para que vaya a Milán.

Aunque tampoco se descarta el interés del París Saint Germain donde brillan una punta de estrellas lideradas por su amigo el brasileño Neymar, que también supo marcharse del club catalán en pleno éxito.

Todos dan por descontado que ese jugador que se ha convertido en Sportivo Messi Fútbol Club, hoy es más que el Barcelona mismo que no sabe cómo apaciguar el incendio con alguien que es algo más que un buen futbolista ya que es definitivamente el símbolo de una bandera, de una región popular como Catalunia y que no será tan fácil de digerir si llega el momento de irse, incluso para el país español.

La vida sigue y en las próximas horas Messi resolverá su futuro deportivo y aunque parezca muy difícil permítanme ponerle una ficha al Barcelona, que hasta puede perder en el camino la gestión del actual presidente. Esperemos y encendamos velas para que San Messi sigan haciendo milagros.