Explicaciones para la eliminación en semifinales del gran candidato a ganar el Mundial.

Ayer Inglaterra venció a los campeones del mundo 19 a 7 y los privó de llegar a la final para intentar obtener el tricampeonato. Y ganó bien. Muy bien, si queremos ser más precisos. Fue un control y supremacía absoluto, maniatando a los All Blacks desde el principio hasta el final, salvo ese instante en el Jamie George se equivoca en el line a favor y la pelota le cae como un regalo a Savea que estaba en la cola de la hilera para que se zambulla y apoye el único try de los hombres de negro. Si hasta el try All Black fue responsabilidad de Inglaterra.

¿Qué pasó con el equipo dominante?¿Ya no son lo que eran?¿Están en decadencia? Hay varias explicaciones. En principio podemos decir que los otros equipos han evolucionado. El Mundial pasado, que los cuatro primeros equipos hayan sido los del hemisferio sur (Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica y Argentina en ese orden) marcó un punto de inflexión, e hizo sonar la alarma en los equipos del norte. Todos, en mayor o menor medida se pusieron a analizar cómo contrarrestar ese rugby veloz, potente y explosivo que proponían los equipos del Rugby Championship. Irlanda en un momento pareció encontrarle la vuelta, pero el que más trabajó y mejores resultados cosechó fue el equipo inglés, que después de no pasar la fase de grupos en el mundial que organizó en su propia casa junto con Gales, buscó al australiano Eddie Jones, primer técnico extranjero en su historia, para que refunde el equipo, gane los Seis Naciones de 2016 y 2017, y se enfoque en este mundial de Japón. Así llegó con un gran cambio de estructura defensiva. Y Nueva Zelanda lo vivió en carne propia.

¿Qué pasó con los All Blacks?
Así marcó Inglaterra. Así construyó el muro inexpugnable.

Así como hace cuatro años, el paradigma rugbístico pasaba por la velocidad, potencia y destreza de ataque de los All Blacks, hoy todos miran cómo defender, cerrarse, usar el pie. A lo mejor es menos vistoso que el rugby que vemos en el Super Rugby, pero en este deporte, como en todos, se trata de ganar y de hacer lo necesario con ese objetivo. En esa evolución, a Los Pumas, por ejemplo, les fue muy bien como Jaguares en un rugby veloz y muy agradable visualmente, pero muy mal cuando los mismos jugadores se ponían la celeste y blanca y enfrentaban a un seleccionado europeo en las ventanas internacionales, perdiendo casi siempre. Vemos que no es casualidad. Lo de nuestros Pumas fue notorio, pero de manera más sutil, se replicó en seleccionados como Australia y, sorpresivamente, ante los mejores exponentes de ese rugby ofensivo: los All Blacks. Inglaterra logró que jugaran más lento. No hubo magia ni vértigo. El ritmo europeo se impuso al ritmo demencial y perfecto de los oceánicos.

¿Qué pasó con los All Blacks?
Los All Blacks, de rodillas ante los ingleses. La imagen engaña, porque es durante el haka, pero simboliza la impotencia del conjunto negro el día de ayer frente a la Rosa.

Durante los ocho años de reinado, los All Blacks jugaron 113 partidos, con 99 victorias, 4 empates y 10 derrotas, incluída la de ayer. Repasemos: 1/12/2012 contra Inglaterra 38-21 (visitante); 4/10/2014 contra Sudáfrica 27-25 (visitante); 8/8/2015 contra Australia 27-19 (visitante); 5/11/2016 contra Irlanda 40-29 (Chicago); 1/7/2017 contra los British and Irish Lions 24-21 (local); 21/10/2017 contra Australia 23-18 (visitante); 15/9/2018 contra Sudáfrica 36-34 (local); 17/11/2018 contra Irlanda 16-9 (visitante); 10/8/2019 contra Australia 47-26 (visitante) y ayer, 26/10/2019 contra Inglaterra 19-7 (Yokohama). Esto no habla de una decadencia, pero sí de que perdieron más de lo que solían perder, aún en épocas en las que no eran campeones mundiales.

¿Qué pasó con los All Blacks?
Aunque el ranking y las posiciones del mundial digan otra cosa, los All Blacks siguen siendo los mejores

Los All Blacks ahora jugarán frente a Gales por el tercer puesto (una especie de premio consuelo) e irán a su país a lamer sus heridas para reinventarse, como lo han hecho siempre. Porque no nos engañemos, aunque el ranking diga otra cosa, ellos son los mejores.