Ambos llegaron al clásico con realidades diferentes. Boca, en el medio de los partidos semifinales de Copa Libertadores, con un equipo considerado “alternativo”, con Benedetto de titular y un esquema 4-4-2 presentando a Weigandt y Blondel, uno adelante del otro, en el lateral derecho.
River, por su parte, último campeón del fútbol argentino pero eliminado tanto en la Libertadores como en la Copa Argentina y arrastrando siete partidos sin ganar de visitante, llegaba con la necesidad de darle una alegría a su gente. Demichelis dispuso un 4-2-3-1 clásico, sorprendiendo con la inclusión de Milton Casco en el lateral izquierdo en lugar de Enzo Díaz y Salomón Rondón como centrodelantero en lugar del colombiano Borja.
River arrancó tratando de adueñarse de la pelota y Boca aplicando mucho rigor en la marca, El equipo de Almirón apostó a esperar cerca de mitad de cancha para salir rápido con Janson y Benedetto. Pero mostraba debilidad a los costados de Campuzano, donde los espacios no eran cubiertos apropiadamente por Ramírez y Blondel. Así River lograba conectarse aunque sin generar peligro.
Sin embargo a los 15´, la llegada más clara la tuvo Boca en los pies de Benedetto, que fue anticipado con lo justo por Armani en el mano a mano. El partido se desarrollaba sin muchas situaciones de riesgo, hasta que a los 42´Enzo Pérez tomó un rebote fuera del área y su remate se desvió en Salomón Rondón evitando que Romero pudiera llegar a atajarlo. Gol de River, de carambola, y muy protestado por Boca debido a que en el origen de la jugada hubo un codazo de Díaz a Weigandt que el érbitro Merlos no revisó en el VAR.
Para la segunda etapa, Almirón dispuso tres cambios, que transformaron completamente la mitad de la cancha, haciendo ingresar a Barco, Medina y Ezequiel Fernández en lugar de Blondel, Bullaude y Ramírez. Y Boca salió de arranque a llevarse por delante a River, con tres jugadores que seguramente serán titulares el jueves en Brasil ante Palmeiras.
Pero con el correr de los minutos River comenzó a cortar los circuitos del local y el partido volvió a jugarse más en la mitad de la cancha. Almirón mandó a la cancha a Cavani y Zeballos, extrañamente por Campuzano y Saracchi. Dos delanteros por dos jugadores de marca. Boca puso toda la leña en el fuego pero quedó partido en mitad de cancha.
A los 25´, tras un centro de Weigandt, lo empató Cavani, pero el árbitro Trucco lo anuló por una posición adelantada que, de haber existido, fue milimétrica. Boca empujaba y Herrera le ahogó el grito a Cavani mandando la pelota el corner con lo justo.
Y cuando Boca iba, dejaba espacios atrás que River aprovechaba de contrataque. Así a los 51´ la defensa local quedó mal parada y, tras una tapada de Romero a Colidio, Enzo Díaz tomó el rebote y puso el 2 a 0 definitivo bajando la cortina del partido.
River rompió una racha de siete partidos de visitante sin ganar basándose en la firmeza de Paulo Díaz, la figura de la cancha y aprovechando sus oportunidades. Boca terminó protestando un par de fallos y tratando de poner la cabeza en el partido del jueves ante Palmeiras por la semifinales de Libertadores
Boca Juniors: Sergio Romero; Marcelo Weigandt, Bruno Valdez, Nicolás Valentini y Marcelo Saracchi (70´Edinson Cavani); Jorman Campuzano (70´Exequiel Zeballos); Lucas Blondel (46´Cristian Medina), Ezequiel Bullaude (46´Ezequiel Fernández) y Juan Ramírez (46´Valentin Barco); Darío Benedetto y Lucas Janson. D.T.: Jorge Almirón.
River Plate: Franco Armani; Marcelo Andrés Herrera, Leandro González Pirez, Paulo Díaz y Milton Casco (63´Enzo Díaz); Enzo Pérez (83´Gonzalo Martínez) y Nicolás De la Cruz; Ignacio Fernández (63´Rodrigo Aliendro), Manuel Lanzini (83´Ramiro Funes Mori)y Ezequiel Barco; Salomón Rondón (63´Facundo Colidio). D.T.: Martín Demichelis.