Boca fue un equipo sin alma y cayó ante San Lorenzo por 2 a 1, profundizando su crisis post eliminación en la Libertadores
Boca perdió 2 a 1 en su visita a San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro por la séptima fecha de la Liga Profesional de Fútbol y acumula tres derrotas consecutivas en el torneo local, algo que profundiza la crisis desatada el martes pasado con la eliminación por penales en octavos de final de la Copa Libertadores a manos de Corinthians y el posterior despido del técnico Sebastián Battaglia
Se entiende que para Boca Juniors la eliminación de la Copa Libertadores a manos de Corinthians sea una decepción grande. Ganar la séptima copa continental se ha vuelto una obsesión para el xeneize. Pero lo que no se entiende tanto es que se produzca una crisis en la institución cuando el equipo mereció largamente superar la serie y, si no lo hizo, fue simplemente por una cuestión de fortuna durante el partido y en la ejecución de los penales que tantas otras veces le fueron favorables.
El miércoles el Consejo de Fútbol echó a Battaglia. En su reemplazo, un tridente encabezado por Hugo Ibarra acompañado de Mariano Herrón y Leandro Gracián se puso al frente del equipo par dirigirlo frente a San Lorenzo y decidió sentar en el banco al capitá del equipo Carlos Izquierdoz, que había encabezado un reclamo de él y su compañeros respecto delos premios adeudados por la obtención de los dos últimos títulos. Este tema no les gustó a los jugadores y el clima se puso pesado.
En frente estaba San Lorenzo, con el técnico Rubén Insúa haciendo malabarimos con lo que tiene, sin refuerzos y un equipo que no ganaba de local y mucho menos clásicos. En lo que va de la Liga, el Ciclón a mejorado en algunos pasajes, pero cuando parecía empezar a levantar vuelo, tropezaba. El partido con Boca podía un punto de inflexión o un empujón más hacia el abismo.
Y Boca empezó ganado. Una falta ejecutada por Villa desde la izquierda a los 28 minutos, encontró el anticipo de Rojo venciendo a Torrico para poner el partido 1 a 0 a favor del xeneize. El festejo de Rojo fue de un gran simbolismo, porque se quitó la cinta de capitán, la beso y fue corriendo a abrazarse con el desplazado Izquierdoz. El mensaje fue claro hacia la dirigencia y el cuerpo técnico. Nafta para apagar el incendio.
Pero diez minutos más tarde, San Lorenzo llega al empate a través de Agustín Giay, que tomó un rebote de Rossi tras una buena jugada de Barrios y perforó la resistencia del arquero de Boca, de muy buena actuación. Faltando poco para terminar la primera etapa, el partido estaba empatado y Boca pareció quedar aturdido por el golpe.
En el segundo tiempo, San Lorenzo siguió buscando y a los 9´ una pelota profunda por la izquierda para Cerutti ante una defensa estática deriva en un centro que Bareiro cabecea de pique al piso y vence a Rossi. Boca no tuvo reacción. Fue un equipo sin alma. Y San Lorenzo pudo convertir el tercero cuando a los 31´Bareiro desvió un penal
Boca terminó enojado, con sus jugadores descargando su bronca rompiendo algunas cosas y pegándole a las paredes y puertas camino al vestuario visitante. Pero la responsibilidad de este momento no es solamente de San Lorenzo. Hay que mirar más hacia adentro y buscar la calma que los haga salir de este pozo en el que se hunden más
San Lorenzo: Sebastián Torrico; Federico Gattoni, Cristian Zapata y Jeremías James (15´Gastón Hernández); Agustin Giay, Jalil Elías, Siro Rosané y Nicolás Fernández Mercay; Ezequiel Cerutti (71´Malcolm Braida), Adam Bareiro y Nahuel Barrios (57´Iván Legizamón). D.T.: Ruén Insúa.
Boca Juniors: Agustín Rossi; Luis Advíncula, Carlos Zambrano, Marcos Rojo y Frank Fabra; Alan Varela (63´Nicolás Orsini); Guillermo Fernández, Oscar Romero y Juan Ramírez (63´Exequiel Zeballos); Sebastián Villa y Darío Benedetto. D.T.: Hugo Ibarra.