Además, es el primer trofeo que conquista siendo madre, después de perder seis finales consecutivas desde que obtuviera el Australian Open 2017.

En Nueva Zelanda logró lo que tanto anhelaba y buscaba en 35 meses, la tenista estadounidense Serena Williams se quedó con el premio mayor en el ASB Classic, certamen disputado en Auckland, al derrotar en el match final a su compatriota Jessica Pegula por 6/3 y 6/4, festejando su 73°título en el circuito WTA. La ex número 1 del mundo pudo sacarse la espina de levantar una copa siendo madre, después de caer en las seis finales anteriores, entre ellas cuatro de Grand Slam (Wimbledon 2018 y 2019 y las mismas ediciones del US Open). El Australian Open 2017 había sido el último título obtenido por Serena, estando embarazada de Alexis Olympia, quien naciera ese mismo año.

Con esta victoria en Auckland, la menor de las hermanas Williams se afianza dentro del top ten del ranking femenino, avanzando una posición hasta el 9° puesto, y con 38 años irá con la confianza en alto en búsqueda de quedarse con el Australian Open, que comenzará el 20 de enero. El gran objetivo de Serena es igualar la marca de 24 Grand Slams que ostenta la australiana Margaret Court-Smith, quien ganó algunos de ellos siendo madre.

Por su parte, Pegula, a un mes de cumplir 26 años, se quedó con las ganas de sumar su segundo título WTA en su carrera, pero pudo disfrutar de una buena semana tenística arribando a la final en tierra neozelandesa, lo que le permitió subir dieciocho escalones en el ranking y situarse en la 64° posición, acercándose a su techo, cuando se ubicó en el puesto 55° en agosto último.