Fingió ser millonaria y engañó a celebridades, artistas y banqueros de Nueva York, durante cuatro años, la verdadera historia de Anna Sorokin, de 28 años

Anna Devley, o mejor dicho Anna Sorokin, durante muchos meses se vistió con las grandes marcas, se calzó unas gafas de Céline y se hizo pasar por una gran heredera alemana interesada en abrir un gran club privado supero, ultra VIP.

Anna Sorokin ahora es famosa como estafadora cuya trayectoria de engaños y manipulaciones ha inspirado el biopic “Inventing Anna” (Inventando a Anna) , hoy en día la seria más vista en Netflix en el mundo.

Anna fue arrestada en 2017 y acusada de hurto mayor y robo de servicios, Delvey fue condenada en abril de 2019 y desde entonces cumple su sentencia de cuatro años en una prisión estadounidense. “Toda esta historia es totalmente cierta, excepto todas las partes que fueron totalmente inventadas”, se advierte con deliberada redundancia casi al principio de cada uno de los nueve capítulos de Inventing Anna, la miniserie dirigida por Shonda Rhimes (ScandalAnatomía de Grey)

Para poner en marcha una serie como ¿Quién es Anna? en Netflix, la vida ofrece dos posibilidades. Puedes ser Shonda Rhimes, y que Netflix te firme un cheque de 100 millones de dólares porque, entre otras cosas, le has dado al mundo más de 15 años de Anatomía de Grey (y Los Bridgerton y Cómo defender a un asesino y…). O puedes ser Anna Sorokin, una estafadora condenada en mayo de 2019 a entre cuatro y 12 años de cárcel tras haber engañado a la mitad de los ricos y poderosos de Nueva York.

La verdadera historia de Anna Devley, la joven estafadora de la serie furor en Netflix:

Y que Netflix te firme un cheque de 320.000 dólares de los que 224.000 se irán inmediatamente en multas e indemnizaciones por las estafas que dejaste en tu vida loca, cuando te hacías llamar Anna Delvey, entre 2014 y 2018. Ambas vidas llevan al mismo sitio, a los nueve capítulos de la serie en la que nos asomamos con la misma curiosidad con la que en 2018 descubrimos por primera vez su figura.

Anna Sorokin, con su corta edad logró la estafa a bancos, inversionistas, hoteles, financistas, marchands de arte y diseñadores de modas de Nueva York cometido por una inmigrante veinteañera que, sin nada que lo probara, se hizo pasar como heredera de una gran fortuna familiar. La miniserie de Netflix que hoy es éxito mundial cuenta cómo esa chica que se presentaba con el nombre de Anna Delvey y decía ser la heredera de un potentado alemán los había engañado.

La verdadera historia de Anna Devley, la joven estafadora de la serie furor en Netflix:

A nadie le gusta pasar por tonto y mucho menos si es una figura conocida que depende de su imagen para seguir pesando en ese pequeño gran mundo neoyorquino de ricos, famosos y poderosos. Eso y la negativa reticencia de la propia estafadora hicieron que fuera muy difícil reconstruir y la miniserie, basada en un largo reportaje de la periodista de la revista New York Jessica Pressler desiste de hacerlo, por eso la advertencia: “Toda esta historia es totalmente cierta, excepto todas las partes que fueron totalmente inventadas”.

La verdadera historia de Anna Sorokin (a) Anna Devley, la joven nacida en Rusia y criada en Alemania que haciendo de sí misma una marca logró engañar a todos durante cuatro años. La joven que se presentaba como Anna Devley llegó desde Paris a Nueva York como pasante de la revista francesa de arte y moda Purple. Tenía 22 años y ese medio la había enviado para cubrir la Semana de la Moda. Su empleo en verdad era una beca que le daba un ingreso de 400 euros por mes.

La verdadera historia de Anna Devley, la joven estafadora de la serie furor en Netflix:

Esta revista y los contactos de los periodistas a los que acompañaba le permitieron conocer a las más importantes figuras de la moda y el arte, el acceso a cócteles y desfiles, y la posibilidad de entablar relaciones. Tanto le gustó Nueva York que decidió quedarse en la corresponsalía de la revista. Pero 400 euros no alcanzaban para nada en Nueva York y Anna tenía grandes, muy grandes sueños y una enorme habilidad para construir un personaje que sumado a los contactos que había hecho, le abrieron casi todas las puertas.

Una mentirosa historia de presentación: la de una rica heredera, hija de un potentado alemán, poseedora de un fideicomiso de 60 millones de dólares al cual podría acceder cuando cumpliera 25 años. Su sueño era crear un club súper exclusivo de arte contemporáneo, gastronomía e incluso hotelería que llamaría Fundación Anna Delvey (ADF), superior incluso al famoso Soho House. Incluso había elegido el lugar donde funcionaría: seis pisos de la histórica Church Missions House, un edificio emblemático en la esquina de Park Avenida y 22.

La verdadera historia de Anna Devley, la joven estafadora de la serie furor en Netflix:

Para lograrlo necesitaba dinero unos 40 millones de dólares y, decía, no iba a esperar a cumplir los 25 años, cuando cobraría el fideicomiso familiar, sino que lo haría con préstamos e inversiones. Eso decía en las reuniones y exhibía en las redes sociales, que manejaba con enorme habilidad. Nadie dudaba de lo que contaba, porque llevaba y mostraba una vida acorde a la de una joven millonaria. Lo realmente increíble era cómo lo conseguía.

Una de los interrogantes entre la realidad y la ficción es quién es Chase, su novio en la serie, un personaje para el que en la vida real hay varios candidatos, con un perfil marcado: emprendedor tecnológico, bien conectado, y capaz de abrir las únicas puertas que a Sorokin le interesaban: las de la gente mejor situada en Nueva York. Ese novio no existió, se cree que hay varios candidatos y ninguno de los candidatos es precisamente conocido, sino que era conocido de Gabriel Calatrava, hijo del arquitecto Santiago Calatrava y reconocido arquitecto a su vez. 

La verdadera historia de Anna Devley, la joven estafadora de la serie furor en Netflix:

Se la veía siempre vestida con ropa de Prada, Balenciaga, Alaïa y otras casas de alta costura; llevaba carteras de Chanel y joyas de diseño. Comía en los restaurantes más caros y exclusivos, como Sadelle’s en Soho, Carbone, Mercer Kitchen o Butcher’s Daughter, donde siempre pagaba en efectivo. Viajaba en aviones privados y vivía en los mejores hoteles, donde la atendían con el mayor esmero gracias a sus propinas de 100 dólares, que repartía como si el dinero se reprodujera dentro de su bolso.

De lo que quienes la rodeaban demoraron en darse cuenta fue la razón porque, en lugar de quedarse en un solo hotel, Anne Devley saltaba de un cinco estrellas a otro con llamativa frecuencia. Porque la joven heredera rara vez pagaba una cuenta y siempre se las ingeniaba para no entregar su tarjeta de crédito. Decía que pagaría mediante una transferencia que haría el jefe de la oficina familiar en Alemania, una transferencia que nunca llegaba.

La verdadera historia de Anna Devley, la joven estafadora de la serie furor en Netflix:

Se las arregló para hacer esto en hoteles como The Standard (donde debía alrededor de 30.000 dólares), el 11 Howard (30.000), The Beekman (11.000 dólares) y The Mercer (10.000 dólares). En ocasiones, para zafar de la situación, llamaba a sus amigos y solicitaba un préstamo en efectivo con la excusa de que la transferencia que esperaba se había demorado por diferentes razones. Con eso pagaba parte o toda la deuda de los hoteles y podía seguir unos días más con su farsa.

Cuando sos súper rico, podés ser olvidadizo de esta manera. Tal vez por eso nadie pensó mucho en los casos en los que Anna hizo cosas que parecían extrañas para una persona rica: llamar a un amigo para que le pagara un taxi desde el aeropuerto con su tarjeta de crédito, o pedir dormir en el sofá de alguien, o mudarse al departamento de alguien con el acuerdo tácito de pagar el alquiler, y luego… no hacerlo. Tal vez tenía tanto dinero que simplemente se olvidaba”, contó uno de los tantos damnificados por sus prácticas.

La verdadera historia de Anna Devley, la joven estafadora de la serie furor en Netflix:

En París y en Marrakesh: cCon la metodología de las transferencias también hizo por lo menos dos viajes, a los que invitó a sus amigos. El primero fue a París, donde con dos de ellos un diseñador de modas y un creativo empresario de Internet se alojó en el Hotel Du Louvre. La transferencia nunca llegó y sus 12 tarjetas de crédito fueron rechazadas a la hora de pagar. La cuenta, unos 35.000 dólares, la pagaron sus amigos. 

Prometió devolverles el dinero apenas le llegara la esperada transferencia que todavía la están esperando. En 2016 Anna invitó a Marrakech a su amiga, la editora fotográfica de Vanity Fair Rachel Deloache Williams, a su personal trainer y a un camarógrafo que debía registrar todo el viaje. Se alojaron en el Mamounia, el hotel más exclusivo de la ciudad, en una suite con pileta propia que costaba 7.000 dólares la noche.

La verdadera historia de Anna Devley, la joven estafadora de la serie furor en Netflix:

Cuando quisieron irse, la cuenta alcanzaba los 62.000 dólares y la transferencia prometida por Anna no llegaba. Asegurándoles a sus amigos que devolvería el dinero, le pidió a Rachel que la ayudara dejando una de sus tarjetas la corporativa de Vanity Fair como garantía hasta que se solucionara el problema. Le aseguró que esto era solo una formalidad, porque finalmente pagaría ella. En el resumen de cuentas, todo había sido cargado a la tarjeta de Rachel.

Cuando se repasa la repetición de los hechos y que algunas de las víctimas fueron engañadas más de una vez por las maniobras de Anna, cuesta entender cómo lo lograba tan fácilmente. La periodista Jessica Pressler que investigó a fondo el caso y entrevistó varias veces a Anna cuando ya estaba en la cárcel ensaya una explicación: “Eso es parte de la fascinación con ella y con todas las historias de estafadores. Todos admiramos su confianza.”

La verdadera historia de Anna Devley, la joven estafadora de la serie furor en Netflix:

Pressler continuo: “pueden entrar en cualquier situación y decir o hacer cosas que nosotros nunca haríamos. La mayoría de las personas tienen el síndrome del fraude y ella básicamente tiene lo opuesto al síndrome del fraude. No sé si es problemático admirar eso. Creo que se puede admirar una buena calidad. Las personas tienen buenas y malas cualidades, y puedes admirar lo bueno siendo consciente de que alguien lo está llevando demasiado lejos”, dice.

Los fraudes con la Fundación: si la manera en que la joven que se hacía llamar Anne Delvey pudo engañar a sus “amigos” resulta sorprendente, mucho más cómo engañó a banqueros, inversores y agentes inmobiliarios de Nueva York, gente acostumbrada a olfatear una estafa debajo del agua. Nuevamente fueron el estilo de vida, los modales de joven muy rica y la red de contactos construida a partir de ellos la herramienta que hizo que confiaran en ella.

La verdadera historia de Anna Devley, la joven estafadora de la serie furor en Netflix:

Fue clave que se sumara “un falso agente en Berlín” con el que los inversores sólo hablaban por teléfono e intercambiaban correos, y una serie de documentos y avales falsificados con Photoshop, que al parecer era ella misma con un aparatejo que distorsionaba su propia voz y se hacía pasar por él. La pieza más importante de la que se sirvió Anne fue Andy Lance, un abogado y prestigioso agente inmobiliario, que intermedió por ella con varias instituciones financieras entre ellas el City National Bank y el Fortress Investment Group.

Esto fue clave para obtener los 40 millones de dólares que la “joven visionaria”, como la llamaba, pudiera llevar adelante su proyecto de club exclusivo en el edificio de la Church Missions House. “Nuestra cliente Anna Delvey está llevando a cabo una remodelación muy emocionante de 281 Park Avenue South, respaldada por un equipo destacado para este tipo de lugar y espacio”, escribió Lance en un correo electrónico que les dirigió a sus contactos en los bancos.

La verdadera historia de Anna Devley, la joven estafadora de la serie furor en Netflix:

Y agregaba: “Si bien sus activos, que son bastante sustanciales, están ubicados fuera de los EE. UU., algunos de ellos en fideicomiso con UBS fuera de los EE. UU”. El dinero que le prestaran, aseguraban, “estará totalmente garantizado” por una carta de crédito del banco suizo. Anna le pidió a Lance que arreglara todos los detalles y la entrega de documentación con el jefe de la oficina de su familia en Berlín, Peter W. Hennecke.

Cuando Lance le pidió los estados de cuenta de Anna en Europa, Hennecke le respondió: “El dinero está, le enviaré los estados físicos el próximo lunes”. Los estados físicos se demoraban, pero Lance no desconfió y presionó al National City un adelanto de 200.000 dólares que debía ser depositado en una cuenta neoyorquina de Anna. Aunque resulte difícil de creer, lo hicieron. La documentación completa nunca llegó. Sí unos documentos que luego las pericias demostrarían que eran burdas falsificaciones.

La verdadera historia de Anna Devley, la joven estafadora de la serie furor en Netflix:

Hennecke no volvió a dar señales de vida ni a responder las llamadas de Lance, “murió hace unos días. Estamos decidiendo quién lo reemplazará”, le respondió Anna a Lance cuando se quejó por la falta de respuestas. Para entonces, Anna ya había sacado los 200.000 dólares de su cuenta. Más tarde se sabría que Hannecke no existió: era la propia Anna la que hablaba por teléfono con Lance, utilizando un chip europeo y un deformador de voz.

Poco después, Anna dejó Nueva York y se refugió en California, dejando detrás un reguero de deudas y estafas. Quien era la verdadera Anna Devley pues era Ana Sorokin, no era alemana sino rusa, y su padre no era un poderoso petrolero ni el dueño de un conglomerado de empresas sino un reparador de heladeras que vivía junto a su mujer y su hijo menor en un pequeño pueblo alemán. Anna Sorokin nació en 1991 y es la hija mayor de una familia rusa sin recursos que emigró en 2007 a Alemania y se radicó en Eschweiler, una pequeña ciudad a unos 60 kilómetros de Colonia.

La verdadera historia de Anna Devley, la joven estafadora de la serie furor en Netflix:

Allí, su padre había trabajado como camionero y luego como ejecutivo en una empresa de transporte hasta que se declaró insolvente en 2013, momento en el que abrió un negocio de calefacción y refrigeración especializado en dispositivos de bajo consumo. Su madre consiguió empleo como vendedora en una tienda. Además de Anna, tenían otro hijo, Iván, varios años menor. Anna no encajaba en el nuevo país: tenía dificultades con el idioma y no toleraba ser discriminada por sus compañeros de colegio por ser pobre. 

Sus padres quisieron ayudarla y, con un enorme esfuerzo, pudo viajar a Londres para estudiar la carrera de Arte en la escuela Central Saint Martins, pero abandonó enseguida y se trasladó a París, donde había conseguido una plaza en prácticas para la revista de moda Purple. Fue ahí donde cambio de apellido y empezó a presentarse como Anna Delvey. Esa era la verdadera “joven millonaria alemana” que llegó en 2013, con 22 años, a Nueva York.

Cómo llega la cárcel y la serie: las correrías de Anna Sorokin tuvieron el principio del fin en agosto de 2017 cuando fue acusada de robo y fraude por un total de 275.000 dólares. Fue arrestada en Malibú el 3 de octubre de ese mismo año y fue condenada a una pena de entre 4 y 12 años de cárcel por estafa. Cumplió tres años de cárcel en Rikers y obtuvo la libertad condicional en febrero de 2021. Meses más tarde fue detenida por el Servicio de Inmigración norteamericano por tener la visa caducada. Al escribirse estas líneas, enfrenta un proceso de deportación.Anna Sorokin regresa de un receso durante su juicio en la Corte Suprema del Estado de Nueva York,(Foto: AP)Anna Sorokin regresa de un receso durante su juicio en la Corte Suprema del Estado de Nueva York, (Foto: AP)

La actriz Julia Garner da vida a Anna Delvey en la serie creada y producida por Shonda Rhimes (Netflix)La actriz Julia Garner da vida a Anna Delvey en la serie creada y producida por Shonda Rhimes (Netflix)

A pesar de los traspiés, no le ha ido mal. El contrato que autorizó a Netflix a hacer una serie (protagonizada Julia Garner la excelente actriz que interpreta a Ruth en Ozark) sobre su hazaña delictiva le reportó 350.000 dólares de adelanto, 200.000 de los cuales fueron retenidos para pagar sus estafas y otros 40.000 por honorarios de abogados. Aun así, le quedó dinero y participa de los derechos de la serie.

La verdadera historia de Anna Devley, la joven estafadora de la serie furor en Netflix:

Los que no encuentran consuelo son sus víctimas, ricas y famosas, que no pueden sacarse de encima el estigma de haber sido tomadas por tontas por una joven inmigrante que les hizo creer que era una heredera millonaria. La serie se puede ver desde este 11 de febrero pasado en Netflix. El auge y caída de Delvey consta de 10 episodios que ahondan en los detalles más intrincados de su red de mentiras.