El siempre bello Teatro Astral se convierte en una fábrica de zapatos, que le da trabajo a muchísima gente desde hace más de 50 años. El joven Charlie Price es el hijo del dueño, y no tiene ninguna unión concreta con el negocio familiar y se propone irse a vivir a Londres. Pero la sorpresiva muerte del dueño de dicho imperio y la aparición de alguien muy especial cambia los planes de todos. «Kinky Boots» es una creación de Harvey Fierstein, con música y letras de Cindy Lauper; en este caso dirigido por el gran Ricky Pashkus, con dirección musical de Gaspar Scabuzzo y producción de DABOPE y RIMAS.

Esta comedia musical es fiesta desde el primer instante que aparece Lola, el personaje que consagra la carrera de Martín Bossi. No es novedad que este versátil actor cante bien, o que brille cada vez que aparezca en un escenario. Pero el trabajo que tiene dicho rol es impresionante: No sale ni un segundo de esa alocada, divertida y libre Lola; que como todos tiene una triste historia a cuestas. Junto a él; Fernando Dente sigue validando que es uno de los indiscutidos exponentes del musical de su generación. Se pone en la piel de Charlie y levanta el Astral en reiteradas oportunidades con sus canciones. Sofi Morandi por su parte, le aporta frescura y ternura al show con su rol de Lauren.

Junto a ellos, hay un equipo de talentosos artistas dejan todo en escena para hacer que «Kinky Boots» sea sin dudas, uno de los grandes goles del año en materia de teatroMariel Percossi, Bruno Coccia, Eugenia Gil Rodríguez, Laura Montini, Nicolás Di Pace, Menelik Cambiaso, Nicolás Villalba, Mariano Magnífico, Nacho Mintz, Pedro Velázquez, Flor Anca, Fer Ibarra, Matías Prieto Peccia, Walter Canella, Gustavo Monje, Clara Lanzini, Lucre Orlando, Nicolás Serraiti, Sofía Val, Mario Angelomé, Nico Arosa y Evelyn Basile.

Al terminar la función, la gente sale con una sonrisa de oreja a oreja de la sala. Más allá de que los comentarios en el hall del teatro son más que positivos; contagia una buena energía que pocas veces sucede. La colorida y perfecta puesta en escena, con los vestuarios magistrales de Verónica de la Canal; sumado a la iluminación y estética del musical hacen que sea redondo por donde se lo mireEl trabajo de los bailarines que interpretan a las drag queens es otro punto a destacar: Se mueven como peces en el agua y lo dan todo. Al igual que los protagonistas a la hora de caminar con las botas y bailar a la par del ensamble.

«Kinky Boots» entretiene, emociona y educa. Lo de entretener es el punto fuerte del showDura casi dos horas y la gente no quiere que se termine. Las lágrimas no faltan durante la función y la conexión que logran con el público (sobre todo el rol de Bossi), es instantánea. Lo de educar es más profundo y cada persona que vea el espectáculo se dará cuenta del hermoso mensaje que deja. Un musical que no sólo no tiene nada que envidiarle a Broadway sino que seguramente, lo supera. Un plato más que fuerte de Pashkus para engalanar una vez más la cartelera porteña durante este 2020.