24/06/2025 - Edición Nº868

Internacionales

Patrimonio en peligro

Perú restituye protección a las Líneas de Nazca tras presión internacional

09/06/2025 | El gobierno de Dina Boluarte revirtió la autorización minera cerca de las enigmáticas figuras.



La administración de Dina Boluarte dio marcha atrás y restauró las protecciones legales sobre el entorno de las Líneas de Nazca, luego de una fuerte reacción nacional e internacional por la concesión de derechos mineros en las cercanías del sitio arqueológico. La decisión anterior había provocado alarma por el posible daño irreversible a este patrimonio de la humanidad.

El Ministerio de Cultura anunció este 8 de junio que se anulaban los permisos otorgados a la empresa Macusani Yellowcake para explorar litio en una zona adyacente a las figuras. El gobierno admitió "errores administrativos" y aseguró que se reforzará la vigilancia en la región.

Presión diplomática y cultural

La reacción de la UNESCO fue contundente: el organismo había advertido que las Líneas de Nazca podían ingresar en la lista de patrimonio en peligro si se persistía con las actividades extractivas. La comunidad científica y arqueológica también alzó la voz, subrayando que incluso pequeñas vibraciones del subsuelo podían afectar la integridad de los geoglifos.

A nivel local, organizaciones ambientales, asociaciones indígenas y ciudadanos movilizados exigieron respeto por el legado cultural peruano. La ola de indignación forzó a la presidencia a tomar distancia del Ministerio de Energía y Minas, responsable de la decisión inicial.


Sede del ministerio de cultura de Perú. 

Boluarte, entre la minera y el turismo

La controversia evidencia una tensión de fondo en la estrategia económica de Boluarte: por un lado, busca reactivar la economía con explotación de recursos como el litio; por otro, debe preservar la imagen de Perú como destino turístico y cultural. Las Líneas de Nazca, declaradas patrimonio mundial en 1994, son uno de los principales atractivos del país.

El giro en la decisión llega justo cuando la presidenta intenta recomponer su imagen tras meses de crisis social. La marcha atrás puede verse como una victoria ciudadana, pero también como una señal de improvisación y falta de coordinación entre ministerios.

Un giro forzado por la presión pública

El caso refleja cómo la presión internacional y la movilización civil pueden proteger el patrimonio ante intereses extractivos. Pero también revela una fragilidad institucional preocupante: si no hay garantías para las Líneas de Nazca, ¿qué se puede esperar de otros sitios menos mediáticos? El gobierno de Boluarte debe aclarar sus prioridades: la minería no puede avanzar a costa de la historia.