
Hay triunfos que quedan en la memoria por distintas razones. En general se los asocia con un gol. El clásico de Avellaneda jugado hoy entre Racing e Independiente seguramente será recordado como “el clásico del gol del chileno Díaz”. No porque haya sido un golazo, sino por las circunstancias en que fue convertido. Racing jugaba con dos hombres menos por las expulsiones de su arquero Arias a los 39´del primer tiempo y de Sigali al minuto del complemento. Prácticamente aguantaba sin atacar cuando a falta de 4´para terminar el partido, Cvitanich aguantó una pelota en la izquierda, la abrió para Montoya que le pegó fuerte. El tiro rebotó en un jugador de Independiente y la fortuna hizo que le quedara a Cvitanich nuevamente, ahora dentro del área. El ex Banfield y Boca sacó un centro atrás que podría haber aprovechado Miranda y sin embargo, inteligentemente dejó pasar para la entrada del chileno Marcelo Díaz, que con un tiro suave, que pasó entre las piernas de un defensor del Rojo, convirtió el gol del triunfo de la Academia. Sí, faltaban cuatro minutos, Racing estaba con nueve y la pelota rebotó a favor de los jugadores albicelestes y pasó entre piernas de jugadores de Independiente. Como para alimentar la frase de que “cuando tiene que ser gol, será gol pase lo que pase”.
Antes de eso hay que aclarar que en el primer tiempo Racing había jugado mejor y había tenido las oportunidades más claras. Hasta que en una corrida de Cecilio Domínguez, el arquero Arias tiene que salir a cortar con la mano fuera del área y Loustau lo expulsa correctamente. Ahí se intuía que el partido podía cambiar. Mucho más cuando al minuto del complemento el árbitro expulsa a Sigali a instancias de un asistente, por un codazo contra Leandro Fernández y la Academia se queda con nueve jugadores. Ahí Independiente inclinó la cancha pero se encontró con un Javier García extraordinario. El arquero, ingresado por Barbona tras la expulsión de Arias, respondió de manera admirable ante cada remate de los jugadores visitantes, manteniendo su valla en cero.
Después del gol, el partido se enrareció. Cada pelota era un forcejeo, los minutos pasaban y los jugadores dirigidos por Pusineri entraron en un clima de nerviosismo que fue muy perjudicial. Primero, a los 89´vio la roja Cecilio Domínguez tras forcejear con García que retenía una pelota que el jugador de Independiente quería llevar a la esquina para realizar un corner. Luego, a los 7´de tiempo agregado, Lucas Romero también se fue expulsado tras una situación con Cvitanich más propia de la lucha libre que del fútbol.
La historia dirá que terminaron nueve contra nueve. Pero las expulsiones de Independiente fueron después del 1 a 0, en los minutos finales. Y a la gente de Racing nadie le quitará de su memoria que le ganaron al clásico rival con nueve jugadores a cuatro minutos del final. La imagen del final, con Nery Domínguez sangrando debajo de la venda en su cabeza y con un pulgar dentro de un tajo hecho en su camiseta, a lo “Tata” Brown en la final de Mexico 86, Javier García también con un vendaje, Cvitanich con un apósito sobre una ceja… en fin, escenas propias de un combate más que de un partido de fútbol, quedarán en la memoria colectiva de la Academia como la imagen de lo que fue: una victoria épica.
Racing Club: Arias; Pillud, Nery Domínguez, Sigali y Mena; Montoya, Marcelo Díaz y Miranda; Rojas (50´Martínez), Lisandro López (69´Cvitanich) y Barbona (43´Javier García). D.T: Sebastián Beccacece.
Independiente: Campaña; Bustos (65´Braian Martínez), Franco, Barreto y Sánchez Miño (51´Ortega); Braian Romero, Blanco (77´Roa), Lucas Romero y Cecilio Domínguez; Fernández y Silvio Romero. D.T.: Lucas Pusineri