Las primeras líneas de PBA no estarán dominadas por gente de La Cámpora, ni de Massa. El círculo íntimo del gobernador electo gana terreno.

Axel Kicillof levanta poco el teléfono para hablar con Verónica Magario. Sus consultas a los intendentes históricos del FdT son escasas y no tiene demasiados puentes con Sergio Massa. El gobernador electo arma en silencio su gabinete, recostado en su equipo histórico, los “suyos”. Todos reclaman lugares, pero por el momento, el boceto inicial del futuro equipo de Gobierno desborda de hombres y mujeres del riñón del economista.

Los intendentes, representados en Martín Insaurralde (Lomas) y Fernando Gray (Esteban Echeverría), pugnan por una centralidad que aún no tienen para meter a su gente. Axel delegó prácticamente todo el armado en Carlos Bianco, su álter ego, y persona de máxima confianza.

“Quieren traer al ex Ministerio de Economía a Buenos Aires”, dijo un peronista crítico, al observar cómo arma Axel. Se sabe: casi todos los nombres que suenan ya trabajaron con él en la cartera de Hacienda.

Sergio Massa parece ya haber cerrado (en realidad ratificado) un acuerdo con la gobernadora saliente María Eugenia Vidal para mantener algunos puestos clave en el andamiaje provincial. El bloque del tigrense le aprobó prácticamente todo a MEV durante estos cuatro años. Y ella le pagó bien, con nombres en sitios estratégicos, como el Bapro o la posibilidad de ingresar al Tribunal de Cuentas. Ese diálogo hoy está más firme que nunca.

Massa tendrá un polo de poder paralelo en PBA, más allá del armado de Axel, e incluso de La Cámpora. Máximo Kirchner es la persona más activa en este terreno. Incluso, ya mantuvo reuniones con importantes ministros que dejarán sus puestos el 10 de diciembre. Hablaron algo más que de la transición.

Los intendentes quieren hacer pie en Seguridad. Saben que es el Ministerio más importante, en cuanto a operatividad, y también pretenden desde allí recuperar las policías locales de la Era Granados-Casal-Scioli, que Cristian Ritondo les quitó.

En Buenos Aires se especula que CFK hará un desembarco importante, luego de la presentación que tendrá este viernes 29 en Quilmes, para observar-controlar el gabinete. Quizás se repita el mismo escenario con Alberto, junto a Máximo y Wado De Pedro.

Hasta ahora, la gran ausente en todo este armado es la matancera Verónica Magario, quien desde el Senado manejará una caja cerca a los 10 mil millones de pesos. No hay personas de su confianza en las primeras líneas de Kicillof.

Los nombres que dan vuelta son los conocidos por todos: Bianco a Gobierno; Augusto Costa a Economía o Producción; Agustina Vila a Gabinete; Federico Thea a Educación; Cecilia Nahón a ARBA; Berni-Garré-Cecilia Rodríguez a Seguridad; y Juan Martín Mena a Justicia, entre otros. Se ve: ninguno responde a los intendentes, a Magario, a Massa o es del riñón de La Cámpora. Mas bien, son todos de Kiciloff.