El padre de Darío Santillán, asesinado el 26 de junio de 2002 en la estación Avellaneda, tildó de corruptos a los miembros del Poder Judicial y exigió “justicia completa”.

Alberto Santillán, padre de Darío Santillán, el joven militante del MTD Aníbal Verón asesinado el 26 de junio de 2002, acusó al Poder Judicial de “corrupto”, reclamó una “justicia completa” para los “responsables políticos” de los crímenes en la denominada “Masacre de Avellaneda” y opinó que las demandas sociales de hace 20 años atrás “siguen vigentes hoy”.

“Hace 20 años, Darío y Maxi acompañaron su conciencia con su cuerpo, con su vida. Darío hablaba mucho del hombre nuevo como lineamiento político y hablaba de sentir la injusticia ajena como propia y esas palabras las acompañó con el cuerpo y, por eso, lo mataron. Él le dijo a todos sus compañeros que se vayan y él se quedó en la estación al lado de su compañero (por Maximiliano Kosteki) y eso ha creado una conciencia con los años. Yo siempre digo que mientras mi hijo derramaba sangre en la estación, también estaba pariendo un montón de hijos con una conciencia política distinta y hoy lo veo en toda esa juventud comprometida que levanta las banderas del trabajo y la justicia”, dijo Santillán en un diálogo con la agencia Télam.

-A 20 años de los asesinatos de Kosteki y Santillán, ¿qué tiene para decir?

Estamos en los 20 años de la masacre de Avellaneda, en la cual Darío y Maxi pagaron con su vida su militancia, más las más de 30 heridos de plomo de aquel día, más todos que han quedado con consecuencias físicas, psicológicas. Y también a 20 años de la tragedia, seguimos como en el primer día: reclamando justicia de verdad. Quizás pensaron que entregándonos a (Alfredo) Fanchiotti y a (Alejandro) Acosta, que fueron los cobardes que dispararon, todo se terminaba y nos íbamos a quedar cruzados de brazos. Nosotros, a 20 años de la tragedia, seguimos reclamando justicia completa. Es decir, queremos a los responsables ideológicos de la masacre.

Veinte años de los crímenes de Kosteki y Santillán:

-Hubo intentos por liberar a Fanchiotti y Acosta con prisión domiciliaria…

-Sí, pero la presión de los familiares y de los movimientos sociales lo impidió. Mirá, fueron largos 20 años de lucha desde 2002. Años de dolor, con mucha bronca, con impotencia. Señalando a las responsabilidades políticas de los que dieron las órdenes para la represión en el Puente Pueyrredón y en el resto de las zonas de Avellaneda, las responsabilidades de (Eduardo) Duhalde, la de (Felipe) Solá, la de Aníbal Fernández, (Jorge) Matzkin, de todos los que llevaron adelante la masacre de Avellaneda…

-¿Y cómo ve el accionar de los miembros de la Justicia en la causa?

-A veinte años seguimos viendo la incapacidad de la Justicia, que es una justicia corrupta, porque sabemos muy bien que si no hay voluntad y decisión política, tampoco habrá voluntad de la Justicia para investigar a fondo lo que pasó aquel día y hasta las últimas consecuencias, como alguna vez me dijo (el expresidente) Néstor Kirchner, pasándome la mano por la espalda y nunca hizo un carajo, nunca colaboró en nada. Yo veo hoy, como padre de Darío, vemos como familiares, como todos esos personajes implicados siguen hoy enquistados en el poder político, siguen paseándose por todos los medios de prensa y vimos también como han sido premiados con cargos en el Gobierno.

-¿Ustedes siguen reclamando una especia de Justicia completa para los responsables de la “masacre de Avellaneda”?

-Siempre reclamamos eso. Veinte años y seguimos insistiendo y lo vamos a hacer veinte años más o lo que haga falta para que la Justicia llegue para todos. Veinte años de aquel día y seguimos trabajando más que la fiscal y que el juez de la causa; veinte años y seguimos presentando declaraciones testimoniales. Seguimos trabajando y vamos a seguir hasta nuestra última gota de sangre porque esta Justicia sigue mirando para otro lado y no hace justicia total con los responsables de aquella masacre…